5 millones de parad@s para celebrar el 1 de Mayo

Ayer, 1 de mayo, se celebraba el Día Internacional de los Trabajadores (y Trabajadoras) con 5 millones de parad@s en nuestro país. Este día es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago, sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket.

Poco había ayer que celebrar y pocas ganas tengo yo de escribir sobre el día de ayer con las 5 millones de losas que nos cayeron encima y con la falta de responsabilidad y valentía de los que tendrían que solucionar esto que no me hacen ver un futuro nada halagüeño, prefiero dejaros las reflexiones de Iñaki Gabilondo y los retratos del día de ayer de Vergara, Manel Fontdevila y JR Mora.

Gallardón quiere «esconder» a los sin techo

El Alcalde de Madrid pide una ley para sacar a los sin techo de la calle y para ello pide una ley estatal que le permita a los ayuntamientos puedan sacar a estas personas de la calle debido a «la situación desastrosa que supone la presencia de personas tiradas por la calle y de pedigüeños que campan a sus anchas por el centro de la ciudad».

Algunos se creen que la gente quiere dormir en la calle o comer de la basura por propia voluntad, o quieren solucionar el problema de la miseria escondiéndola. Más información aquí.

Eurodiputad@s que no quieren viajar en clase turista

Ayer desde las distintas redes sociales se recriminó a los eurodiputados que se negaran a reducir costes de la Eurocámara congelándose el sueldo y obligándose a viajar en clase turista en vuelos inferiores a 4 horas, ya que parece ser que la mayoría (salvo algunos) considera que cobrar 8000 euros mensuales + gastos es poco y que la clase turista es demasiado incómoda para ellos.

Choca que nuestros representantes políticos aboguen por rebajar los sueldos de la clase trabajadora, recortar derechos sociales y disminuir el gasto en educación y no prediquen con el ejemplo siendo incapaces de renunciar a algunas de sus muchas comodidades y de hacer trampas en ciertos casos para arañar algunos euros a costa del contribuyente.

¿Sabéis que me parece esto? Pues que gran parte de los eurodiputados son unos CARADURAS, hay que decirlo bien alto y EXIGIR a los diferentes partidos políticos que velen por un comportamiento ético y ejemplar de la clase política.

Más información:

¿Qué pasa en Haití?

Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario PÚBLICO, 24 de febrero de 2011.

La imagen que se está presentando en los mayores medios de información occidentales de lo que está pasando en Haití es la de un país pobrísimo destrozado por desastres naturales al que el mundo occidental –liderado por el Gobierno de EEUU y por la Unión Europea (UE)– ha estado proveyendo ayuda humanitaria (es el país del mundo con mayor número de ONG por habitante) y facilitando, a la vez, el desarrollo de un sistema democrático. El problema con esta percepción es que es falsa y oculta una realidad distinta: la pobreza en Haití es consecuencia de la continua intervención de los países supuestamente humanitarios. Veamos los datos. La actuación del Gobierno federal de EEUU y la del Gobierno francés (que ha liderado la respuesta de la UE) en Haití ha sido enormemente intervencionista –antes, durante y después del terremoto–, imponiendo su voluntad a la población de aquel país. El último acto de esta continua interferencia es la llegada de uno de los dictadores haitianos más sangrientos que hayan existido en América Latina: Baby Doc Duvalier. El Departamento de Estado de EEUU ha indicado que no tiene nada que ver con su retorno. Su portavoz, P. J. Crowley, ha indicado que “el retorno de Duvalier es una materia en la que deciden el Gobierno y el pueblo de Haití”. Es interesante resaltar que esta supuesta neutralidad no se aplica a la oposición expresada por el mismo portavoz a la vuelta del dirigente altamente popular en Haití, Jean-Bertrand Aristide, sobre la cual subrayó que “Haití no necesita su vuelta, pues ya tiene demasiados problemas”. En realidad, la información obtenida por Wikileaks muestra que el Gobierno de Estados Unidos ha sido determinante en la vida política de Haití y que es impensable que el dictador Duvalier hubiera vuelto sin la autorización del Gobierno estadounidense, como también lo es que el continuo veto sobre Aristide existiera sin su aprobación y su beneplácito.

En un interesante ensayo (Aristide should be allowed to return to Haiti), Mark Weisbrot, uno de los mejores analistas de la realidad Latinoamericana, detalla las continuas maniobras del Gobierno de EEUU para expulsar y mantener fuera de Haití al que fue elegido democráticamente presidente del Gobierno, Aristide. Según The Washington Post, “Aristide había abolido el odiado Ejército, terminando con las horribles violaciones de los derechos humanos, y permitió el desarrollo democrático de aquel país. Y cuando terminó su mandato, permitió la alternancia. Un récord formidable”. Esto fue escrito en 1996. Aristide continuó siendo la persona más popular de Haití y fue reelegido en el año 2000. Y entonces fue cuando hubo una movilización liderada por el Gobierno de Bush de EEUU y los gobiernos francés y canadiense para hacer fracasar al Gobierno de Aristide, apoyando y financiando un golpe militar (de los servicios de seguridad, infiltrados por la CIA) en febrero de 2004, con el que se expulsó a Aristide del país. Desde entonces no se le ha permitido volver. Los gobiernos de Haití han vetado su vuelta, los mismos que han aprobado, por cierto, el regreso de Duvalier.

Ni que decir tiene que la motivación de los gobiernos estadounidense, francés y canadiense ha sido mantener en el poder a las elites dominantes que han malgobernado aquel país, condenándolo a una enorme pobreza, que se mostró en toda su crudeza durante el terremoto. A fin de legitimar esa estructura profundamente opresiva se convocaron unas elecciones en noviembre de 2010 que fueron una farsa (sólo participó el 25% del electorado) en la cual colaboró la Organización de Estados Americanos (OEA). En realidad, seis de los siete miembros de la comisión nombrada por la OEA para supervisar las elecciones son ciudadanos de EEUU, Francia y Canadá, los tres gobiernos que lideraron la decisión de derrocar por las armas al Gobierno de Duvalier. En tales elecciones no se permitió participar al partido de Aristide. La información proveída por Wikileaks muestra la movilización exitosa del Departamento de Estado de EEUU para presionar a Brasil y otros países miembros del cuerpo especial de Naciones Unidas para impedir la vuelta de Aristide a Haití, que continúa en el exilio en Suráfrica. Mientras, Baby Doc Duvalier ha vuelto a Haití. Las movilizaciones populares en Haití (silenciadas en los medios de mayor difusión), en las que se protestaba por la farsa de las elecciones, han forzado a la OEA a descalificar a su comisión electoral y han presionado al Gobierno de Haití para que, por fin, permita la vuelta de Aristide.

Lo que ocurre en Haití es, por desgracia, enormemente previsible. Durante la Guerra Fría se presentaban estos conflictos como resultado de las tensiones derivadas del mundo en dos bloques, el llamado “democrático y libre”, liderado por EEUU, y el dictatorial, liderado por la Unión Soviética. La falsedad de tal interpretación del mundo queda claramente demostrada en lo que ocurre hoy en Haití. La Unión Soviética ha desaparecido y la política del Gobierno federal de EEUU no ha cambiado ni un centímetro en su intervencionismo a favor de las elites gobernantes, mostrando que el mayor problema no es el geopolítico de bloques, sino las alianzas de clases entre las elites dominantes de los países del Norte y del Sur en contra de los intereses de las clases dominadas del Sur y del Norte. La clase trabajadora de EEUU, en contra de lo que asumen algunas voces izquierdistas, no se beneficia ni un ápice de la explotación que se realiza en Haití. En realidad, las mismas fuerzas (lo que en EEUU se llama la Corporate Class) que influencian las políticas del Gobierno federal de EEUU en Haití son las mismas fuerzas que dominan la vida política de EEUU, limitando la democracia y la calidad de vida de las clases populares de ambos países.

Visto en la web de Vicens Navarro.

50 medidas para construir una Córdoba más justa, solidaria y sostenible

Desde Córdoba Solidaria expresan su rechazo frontal a este sistema económico (el capitalismo) que enriquece a un@s poc@s y empobrece a much@s. Un sistema que se construye sobre la miseria de ¾ partes de la humanidad y que se mantiene gracias al deterioro del medio ambiente. Por esta razón propugnan construir un nuevo sistema económico y social que ponga al ser humano y a su entorno como centro del sistema.

Pero mientras se sueña con conseguir LO GRANDE tenemos el deber ético de hacer y construir LO PEQUEÑO que ahora Córdoba Solidaria concreta en estas 50 medidas que exponemos a continuación y que pretenden ser el punto de arranque que nos llevará a ese sistema económico y social que queremos construir, a ese OTRO MUNDO NECESARIO (y, por tanto, POSIBLE) en el que creemos y deseamos.

Nosotros, desde este Rincón Solidario, queremos caminar junto a Córdoba Solidaria en pro a la consecución de este objetivo y os animamos a que hagáis lo mismo difundiendo este documento.

50 Medidas Decalogo Cordoba Solidaria AF

ONG banana republic


Imagen con licencia CC de US Mission Canada

Hace pocos días se cumplió un año del desastre de Haití, y después de tantas movilizaciones, conferencias de donantes, conciertos, clips musicales, automedallitas y buenos propósitos para tranquilizar nuestras occidentales conciencias la situación no ha mejorado en absoluto y gran parte de la ayuda prometida no ha llegado. Lamentablemente esto muestra un fiel reflejo de como funciona la solidaridad de boquilla y de las verdaderas intenciones de nuestros mandatarios. Os copiamos un texto que Jesús García Pedrajas ha publicado en Rebelión sobre este asunto:

Niños negros sonriendo, niños negros llorando, o jugando a la pelota. Mujeres negras gritando, violadores negros, saqueadores negros, ladrones, asesinos negros. Entre ruinas y cuerpos despezados, periodistas blancos, cámaras, todoterrenos de las miles de ONGs desplazadas a Haití recorren las calles y nos traen a casa la actualidad del país caribeño, “que, lamentablemente, no ha podido recuperarse aún del catastrófico terremoto sufrido un año antes…” los grandes coches de las ricas ONGs vuelven a pasar, levantando nubes de polvo que cubran a los negros muertos, y a los vivos.

Ha sido una catástrofe natural, ¿qué podemos hacer? Se preguntan nuestros compasivos gobiernos, las empresas y las ONGs…reconstruir el país, claro. Donemos entonces, hagamos una gran conferencia de donantes, pongamos en marcha la mayor obra humanitaria de la historia para ayudar a Haití a salir de su miseria endémica.

No será esta vez. Las donaciones no suelen ser más que contratos, con empresas occidentales, para realizar grandes obras, muchas sin sentido, o peor aún, para poder aprovechar la situación y explotar las pocas riquezas que puedan quedar en el país, por medio de proyectos centrados en la energía, los recursos naturales, o cualquier otro sector que sea rentable: técnicos occidentales, beneficios que salen del país, nada para los negros que allí viven.

Mujeres negras, vestidas de blanco, bailando en funerales grandiosos de recuerdo por las víctimas. Sacerdotes negros rezando, niños negros con caras serias, hombres llorosos, tal vez de rabia e impotencia; sí, tal vez se preguntan dónde estaban esas cámaras cuando se manifestaron en contra de la ONU y sus tropas, acusadas por la población de pillajes y malos tratos, en contra de las miles de ONGs que invaden su país sin, al parecer, grandes beneficios para su gente, en contra de esa misma ONU que avala con su presencia el golpe de estado (¿ha habido un golpe de estado en Haití? Es la primera noticia que tengo, nos podrá decir cualquier jefe de informativos occidental) contra el presidente Aristide en 2.004, pergeñado entre EEUU y Francia, y con las tropas de la ONU haciendo el bonito juego sucio; dónde estaban esas cámaras, se preguntan, cuando nuestras asociaciones de campesinos se enfrentaron (y ganaron) a MONSANTO, rechazando su regalo envenenado de semillas TRANS.

No vimos a ninguno de estos cientos de periodistas que vienen ahora al homenaje a los muertos, esos no protestarán, claro. Pero al pueblo haitiano no se les olvida ese olvido, lo recuerdan y eso les sirve para no fiarse demasiado de los que ahora se acercan a echarle una brazo por los hombros, mirando a la cámara, claro, para que quede constancia de que estuvieron allí.

Y, por supuesto, las ONGs: cientos de ellas, miles, debería crearse otra ONG que se dedique, exclusivamente, a contarlas. Más miseria, más pobreza, más hambre y muerte…y más asociaciones sin ánimo de lucro. Pues habrán ido a Haití por otra cosa, porque no parece que los haitianos se estén enterando demasiado de su presencia ni sientan los presuntos beneficios que les traen; a veces los ven pasar, eso sí, a ellos a sus aviones o grandes coches. Y la poca ayuda que llega a la población resulta que suele venir de organismos públicos, como los gobiernos de Cuba y de otros países de la zona.

Y no, no decimos que todas las ONGs presentes en Haití sean así, simplemente afirmamos que a su pueblo les sobra, sin duda, el 90% de esas asociaciones, de esos gobiernos donantes, de esas empresas que se lucran con dichas donaciones, de esas fundaciones de ricos patronos, y de esa caridad de la gente blanca que los ve por la televisión, porque esa nefasta caridad sirve como excusa para mantener la injusticia social y la crueldad con las que este país ha convivido casi desde los días de su independencia, hace más de 200 años, enfrentando entonces, sin esperanza aparente, como ahora sigue ocurriendo, a los invasores blancos. Desde luego que con eso si podemos contar, con la resistencia de las haitianas y los haitianos a los intentos de someterlos por cualquier medio.