Una chica saudÃ, a la que la prensa de su paÃs llama la «Chica de Qatif», en mayo de 2006 quedó con un antiguo compañero de su instituto para recuperar unas fotos, con tan mala suerte que les asaltaron, robaron el coche y a ella la violaron.
El enorme drama que supondrÃa este acto para cualquiera se agrava, más aún si cabe, en Arabia SaudÃ, donde la violación constituye tal vergüenza que no suele llegar a los tribunales, pero la «Chica de Qatif» gracias a su valentÃa y al apoyo de su marido y su familia denunció este hecho. Sin embargo los jueces interpretaron que ella también era culpable por estar junto a un muchacho con el que no tenÃa parentesco y condenaron a ambos a 90 latigazos.
La «Chica de Qatif», indignada, pidió a su abogado que recurriera la sentencia y ante su indefensión comunicó estos hechos a la prensa, y eso los jueces no se lo perdonaron, por lo que, aunque aumentaron la condena de los violadores, también aumentaron la suya a 200 latigazos y 6 meses de carcel, y a su abogado le retiraron la licencia. Su delito: ser violada, no estar de acuerdo en que encima la culpabilicen y ser mujer.
No es el primer caso y por desgracia no será el último. En gran parte de los paÃses de Oriente Próximo se trata a la mujer como algo maligno por el hecho de ser mujer y culpable de todo lo que le pase y de todo lo que le hagan.
Y para colmo, los que pueden evitar estas atrocidades, como el Rey de Arabia SaudÃ, miran para otro lado, y aquà en España le damos un premio cuando viene, le llamamos «amigo» y los Reyes le hacen una recepción de honor, pero no le dicen «Â¿PORQUÃ? NO TE CALLAS y PORQUÃ? NO RESPETAS LOS DERECHOS HUMANOS?.