Propiedad Intelectual
¡Lo que molestan los pobres cuando nos los recuerdan!
Esta imagen, usada por una ONG para recaudar fondos para las víctimas del genocidio de Dafur, ha desatado las iras del magnate del lujo Louis Vuitton, porque considera que el bolso que lleva el niño se parece mucho a un modelo de su marca y acusa a los creadores de la imagen de uso ilícito de la propiedad intelectual.
El objetivo de la campaña de la ONG en cuestión es movilizar conciencias, pero de momento lo que ha conseguido es a un montón de abogados de la firma de Louis Vuitton litigando en su contra, ¿será porqué al tal Louis le «duele» su conciencia ante el contraste entre los valores que él representa y los que esta ONG quiere defender? ¿ó es que el «bolsito» tiene demasiado valor para que lo lleve un niño con la cara llena de moscas y la barriga hinchada por problemas derivados con la desnutrición?.
Más información en 20minutos y elperiodico.
Las grandes compañías contra el ordenador para pobres
Hace ya algunos meses hablamos en este blog del proyecto educativo One Laptop Per Child (OLPC), del Mit Media Lab que consiste en fabricar ordenadores portátiles con un coste inferior a 100 dolares por unidad. Este ordenador portátil funciona exclusivamente con software libre y está destinado a los sistema educativos del llamado Tercer Mundo con el objetivo de disminuir la brecha digital y mejorar las condiciones educativas de estos países.
Pues parece que esto no le está gustando a las grandes compañías tecnológicas, y están luchando a brazo partido para que este proyecto fracase y se cancele. Pareciera como si temieran que alguien les quitara el mercado de pobres por si dejan de serlo en un futuro y por si acaso se convierten en potenciales clientes, o a lo mejor es que para que las leyes del mercado capitalista que tan bien les ha ido a ellas sigan teniendo cancha hace falta que haya pobres sin acceso a las nuevas tecnologías. Lo último ha sido la demanda presentada por la compañía LANCOR, con sede en USA, en la que se solicita que se detenga la fabricación de estos portátiles por violar la patente nigeriana RD8489 sobre teclados multilingües, ya que consideran que el teclado de los portátiles del proyecto OLPC se han fabricado usando ingeniería inversa basándose en los modelos nigerianos de esta compañía, o sea, que miembros de la Fundación OLPC han visto uno de estos teclados nigerianos multilingües y sólo con esta información han hecho otro que funciona de manera similar.
También hemos hablado en este blog de las patentes, y del sin sentido de las mismas cuando se usan para el enriquecimiento de muy pocos a costa del sufrimiento de muchos, y parece que nos encontramos en un caso similar. Creo que cuando los pobres (o empobrecidos) consigan salir de la pobreza alguien patentará el estado del bienestar y los demandará por comer bien, tener un trabajo digno, estar sanos o ser felices, o a lo mejor hasta patentan la solidaridad e impiden que luchemos por los más desfavorecidos a no ser que quienes lo hagan sirvan a oscuros intereses. Yo me pregunto ¿qué podríamos patentar nosotros para impedir que siempre ganen los mismos pocos que tienen tanto y pierdan los muchos de siempre que apenas tienen?.
La computadora bolivariana
Leo en Barrapunto y en Público que Hugo Chávez, Presidente de Venezuela, ha creado el proyecto "la computadora bolivariana" en el que pretende crear 120.000 unidades de ordenadores sin ningún componente fabricado en Estados Unidos y con Linux como sistema operativo.
Este proyecto tiene tres objetivos principales:
- Mejorar la alfabetización del país.
- Incrementar la penetración de ordenadores en todos los estratos, especialmente entre los más desfavorecidos.
- El desarrollo de la industria tecnológica local buscando alcanzar la independencia tecnológica respecto a Estados Unidos, aunque con la contradicción de que la mayoría de estos ordenadores funcione con los procesadores de la multinacional estadounidense Intel.
A mí personalmente me parece estupendo que se invierta en ordenadores con Linux y software con licencia GPL ó BSD, que se ofrezcan a las personas que no tienen acceso a ellos y que se busque una independencia tecnológica del exterior, pero todo esto puede hacerse sin politizar aún más la tecnología y sin enturbiar movimientos como el del Software Libre (que desde mi punto de vista tiene mucho de político) con la lucha antiyanqui, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los líderes (Richard Stallman) y movimientos (FSF) relacionados con el Software Libre se encuentran (y nacieron) en Estados Unidos.
Sin querer unirme a la campaña de descrédito y falsedades de los medios de comunicación occidentales contra todo lo que huela a chavismo, tengo serias dudas de que la intencionalidad de este (interesante y necesario) proyecto sea todo lo sana que debería ser, de que haya nacido por coherencia con la ideología política que se deriva del Software Libre y de que tal como se ha presentado y anunciado (como un elemento de lucha contra EEUU) no dificulte la promoción de la filosofía que representa el Software Libre.
Creative Commons
Creative Commons es una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, que desarrolla planes para ayudar a reducir las barreras legales de la creatividad por medio de nueva legislación y de las nuevas tecnologías. Está inspirada en la licencia GPL y su idea principal es posibilitar un modelo legal y ayudado de herramientas informáticas para así facilitar la distribución y el uso de contenidos para el dominio público.
Ofrece una serie de licencias, cada una con diferentes configuraciones o principios como el derecho del autor original a dar libertad para citar su obra, reproducirla, crear obras derivadas, ofrecerlo públicamente y con diferentes restricciones como no permitir el uso comercial o respetar la autoría original.
Una de las licencias ofrecidas por Creative Commons es la licencia que lleva por nombre «Developing Nations» que permite que los derechos de autor y regalías por las obras, se cobren solo en los países del primer mundo, mientras que las mismas se ofrecen de forma abierta en los países en vías de desarrollo.
Es una alternativa interesante, útil y solidaria ante la gran amalgama de patentes e intermediarios que sólo buscan conseguir dinero aunque eso implique el detrimento de las personas.
Más información en:
Por mil millones de dólares
«Por mil millones de dólares» es el tÃtulo de la nueva novela de Alberto Vázquez-Figueroa, que según sus propias palabras describe como:
Mi próxima novela trata sobre Irak y las oscuras maquinaciones de las grandes compañÃas americanas que inventaron la existencia de armas de destrucción masiva con el fin de iniciar una guerra que ha costado casi medio millón de muertos y nunca podrá ganarse, pero que produce miles de millones de beneficios a empresas directamente ligadas a lo mas altos cargos de la administración republicana.
La publicación de esta novela constituye un hecho inédito en el mundo literario y de la propiedad intelectual porque puede descargarse gratuÃtamente desde el blog del autor. Son loables y valientes las razones que da para ello:
La cultura es tan importante como comer o vestirse, y desde luego mucho más importante que adquirir un coche donde se ofrecen cien gamas de precios donde elegir.
No deben existir lectores de segunda ni de tercera categorÃa, porque lo que importa es su relación directa con el autor independientemente de lo lujoso que sea el vehÃculo que proporcione dicha relación.
Los editores no tienen derecho a quejarse de que â??se lee pocoâ? mientras mantienen el control sobre el precio de lo que en ese momento interesa, ni las autoridades deberÃan promover absurdas campañas publicitarias que no conducen mas que a gastar dinero; lo que deben hacer es presionar a los editores a la hora de poner los libros al alcance de todos los bolsillos.
Personalmente prefiero que me lean dos estudiantes, obreros o secretarias en el autobús por siete euros, que un alto ejecutivo en su cómodo despacho por veinte, porque aunque gane menos si el libro es bueno esos dos lectores se convertÃan en cuatro y luego en ocho, y resulta evidente que existen muchos mas obreros, estudiantes y secretarias que altos ejecutivos.
He vendido casi veinticinco millones de libros y todo el dinero que me han pagado me lo he gastado, pero una gran parte de los lectores que he conseguido, aun los conservo.
Por lo visto un gobierno que se autodenomina socialista considera que es preferible proteger al que se beneficia económicamente de la cultura que al que la crea.