«Por mil millones de dólares» es el tÃtulo de la nueva novela de Alberto Vázquez-Figueroa, que según sus propias palabras describe como:
Mi próxima novela trata sobre Irak y las oscuras maquinaciones de las grandes compañÃas americanas que inventaron la existencia de armas de destrucción masiva con el fin de iniciar una guerra que ha costado casi medio millón de muertos y nunca podrá ganarse, pero que produce miles de millones de beneficios a empresas directamente ligadas a lo mas altos cargos de la administración republicana.
La publicación de esta novela constituye un hecho inédito en el mundo literario y de la propiedad intelectual porque puede descargarse gratuÃtamente desde el blog del autor. Son loables y valientes las razones que da para ello:
La cultura es tan importante como comer o vestirse, y desde luego mucho más importante que adquirir un coche donde se ofrecen cien gamas de precios donde elegir.
No deben existir lectores de segunda ni de tercera categorÃa, porque lo que importa es su relación directa con el autor independientemente de lo lujoso que sea el vehÃculo que proporcione dicha relación.
Los editores no tienen derecho a quejarse de que â??se lee pocoâ? mientras mantienen el control sobre el precio de lo que en ese momento interesa, ni las autoridades deberÃan promover absurdas campañas publicitarias que no conducen mas que a gastar dinero; lo que deben hacer es presionar a los editores a la hora de poner los libros al alcance de todos los bolsillos.
Personalmente prefiero que me lean dos estudiantes, obreros o secretarias en el autobús por siete euros, que un alto ejecutivo en su cómodo despacho por veinte, porque aunque gane menos si el libro es bueno esos dos lectores se convertÃan en cuatro y luego en ocho, y resulta evidente que existen muchos mas obreros, estudiantes y secretarias que altos ejecutivos.
He vendido casi veinticinco millones de libros y todo el dinero que me han pagado me lo he gastado, pero una gran parte de los lectores que he conseguido, aun los conservo.
Por lo visto un gobierno que se autodenomina socialista considera que es preferible proteger al que se beneficia económicamente de la cultura que al que la crea.