Resulta curioso como desde ciertos periódicos escriben desde púlpitos de ética y moralidad y a la hora de la verdad son incapaces de ser consecuentes con esa honestidad que predican. Un ejemplo es el caso de los anuncios de prostitución que le suponen a los mismos más de 40 millones de euros al año, a pesar de las críticas que desde estos periódicos se hace contra la explotación sexual de las mujeres.
La mayoría de los periódicos nacionales y locales no está dispuesto a renunciar a los ingresos que reportan estos anuncios, salvo algunos como Público o 20 minutos.
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