La actual crisis afecta principalmente a las personas más empobrecidas. Si medimos la crisis únicamente por sus aspectos financieros, olvidamos de nuevo a cientos de millones de personas vulnerables ecológica, social y económicamente.
Los efectos de la crisis en los países del Sur, que son los menos responsables de ella, ya muestran sus consecuencias más dramáticas en las poblaciones del Sur que siempre “pagan” la factura de la irresponsabilidad del Norte, teniendo que asumir nuevos ajustes en el empleo, en el consumo interno y en las reducciones del gasto social público.
En 2007, antes del estallido de la crisis, se podían mostrar algunos avances en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el mundo estaba en camino al menos de alcanzar el primero de ellos, reducir a la mitad el número de personas que viven en pobreza extrema. Ahora, incluso estos leves progresos están en peligro. En 2009, se estima que estarán viviendo en la pobreza extrema por primera vez la cifra de 1.000 millones de personas. La ayuda de los países donantes no ha alcanzado los niveles comprometidos, y ante la crisis económica éstos corren serios riesgos de ser revisados a la baja.
Antes del desplome del sistema financiero y de sus consecuencias para la economía real, se podían defender leves progresos en los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sólo en este año tenemos 90 millones más de personas en situación de pobreza extrema acercándonos a los 1.400 millones, debido a la crisis alimentaria hemos superado por primera vez los 1.000 millones de personas afectadas por el hambre, y los países ricos que se comprometieron a aportar 50.000 millones adicionales anuales en 2004, tan sólo han destinado 20.000 millones. Lejos del 0,7% comprometido, los países ricos destinan el 0,30% de su renta a la lucha contra la pobreza.
El conjunto de países más poderosos se empeña en seguir adelante con el modelo liberalizador, exportador, y de consumo y despilfarro, principal causante de la crisis. Y se obstina en socializar las pérdidas acudiendo con el erario público al rescate de las corporaciones financieras, obviando los problemas causados por los sectores especulativos y financieros, y por la ausencia de regulación fiscal con que operan. Legitimando sus prácticas irresponsables y confundiendo la recuperación del sistema financiero, con el salvamento de la Banca privada. El año pasado destinaron a rescatar bancos 18 billones de USD, 150 veces lo que pusieron para luchar contra la pobreza en ese mismo año, y 20 veces más que todo lo destinado a la lucha contra la pobreza en los últimos 50 años (1 billón USD). Los recursos públicos para resolver la crisis, deben ser destinados de forma prioritaria a políticas de lucha contra la pobreza y de sostenibilidad ambiental.
Por todo ello pedimos al Gobierno de España:
1. Que la crisis no sirva de excusa. Y se cumpla el compromiso del Pacto de Estado de alcanzar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta (RNB) al final de esta legislatura, asumido por el gobierno y todos los partidos políticos.
2. Que la participación española en los diferentes foros internacionales y multilaterales promueva y ejecute el control de los mercados financieros, la desaparición de los paraísos fiscales y la aplicación de nuevos impuestos globales para financiar auténticas políticas de desarrollo humano.
3. Que revise en profundidad las políticas comerciales, políticas agrícolas, la política migratoria, la política de igualdad de género, la política medioambiental y la lucha contra el cambio climático de forma que avance en la coherencia de todas ellas con los objetivos del desarrollo.
4. Que promueva otros valores en sus comunicaciones a la sociedad española, reforzando mecanismos de comunicación social y políticas públicas que pongan en valor el decrecimiento del hiperconsumo, el refuerzo de las producciones orgánicas y sostenibles y la economía productiva frente a la especulativa.
Visto (y tomado prestado) en otromundoesposible.
P.D.- En Córdoba la concentración será el DOMINGO 18 OCTUBRE desde la Plaza de San José a las 13h.