Todavía no hemos hablado en este blog de la Deuda Externa, y la lectura de este artículo de Canal Solidario me ha animado para empezar a hacerlo. Empezaremos definiendo Qué es la Deuda Externa (wikipedia):

La deuda externa es la suma de las obligaciones que tiene un país con respecto de otros, que se componen de deuda pública (la contraída por el estado) y deuda privada o del sector privado, que es aquella que contraen los particulares en el exterior. La deuda externa con respecto a otros países se da con frecuencia a través de organismos como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. Si el deudor tiene problemas para pagarla, puede suponer un serio problema para el desarrollo económico de un país, e incluso para su autonomía.

En principio el endeudamiento no es malo, pues permite conservar los recursos propios y recibir recursos ajenos para explotar, procesar o producir nuevos bienes y servicios. Sin embargo se vuelve un problema cuando dicha deuda no se utiliza realmente para lo que fue solicitada o bien las condiciones de devolución se endurecen. Siendo así una de las causas del subdesarrollo más que un camino para superarlo.

Los orígenes de la Deuda Externa se sitúan en 1973, cuando el precio del petróleo se triplica y los países productores ganan enormes cantidades de dinero. Los bancos no ponen condiciones y el 60% de los créditos van a países empobrecidos. A finales de 1979 se suceden varios hechos perjudiciales para estos países:

• Suben los tipos de interés (se multiplican por cuatro desde finales del año 1970 hasta principios del año 80), se hacer inevitable adquirir nuevos préstamos en términos muy desventajosos para hacer frente al pago de los primeros, provocando un círculo vicioso que multiplica y eterniza la deuda.
• Una gran subida del precio del dólar.
• Cae el comercio mundial y se desprecian las exportaciones del Sur que no sean petróleo.
• En 1982 Méjico anuncia que no puede pagar su deuda externa, suscitando en la comunidad financiera internacional el temor a que otros países siguieran el mismo camino.
• Se inician los planes de ajuste estructural llegándose a una situación en la cual los países del llamado Tercer Mundo invierten más dinero en devolver los intereses de esa deuda que en su propio desarrollo.
• Debido a la irresponsabilidad, tanto de los acreedores como de los deudores, la mayor parte del dinero prestado se gastó en programas que no beneficiaban a los sectores más desfavorecidos: compra de armamento, proyectos privados que enriquecían a funcionarios públicos y a un reducido grupo de privilegiados, etc…
• Muchos gobiernos dictatoriales potenciaron este círculo vicioso.

Las consecuencias de esta deuda son muy negativas para el desarrollo de estos países:

• Imposibilidad de obtener nuevos créditos incluso en casos de extrema necesidad.
• Imposición de duras condiciones por parte de los acreedores, incluyendo políticas económicas muy restrictivas y muy duras con la población (ve recortados los presupuestos en educación, sanidad, etc…), y de corte neoliberal, que impiden competir en igualdad de condiciones con otros países.
• Crecimiento desbocado de la inflación, que hace aún más difícil pagar la deuda.
• Se alimenta una realidad de muerte: el pago de la deuda impide invertir el dinero necesario para paliar las altas tasas de mortalidad infantil, enfermedad, analfabetismo y malnutrición (Informe del PNUD-1997).
• El fuerte endeudamiento implica un alto riesgo para la comunidad internacional a la hora de invertir en un país. De esta forma, los países pobres están prácticamente excluidos de los mercados financieros internacionales.
• Recorte de los gastos sociales (salud, educación, etc…) para poder reducir el déficit público.
• Cierre de numerosas empresas locales que no pueden competir con las multinacionales extranjeras.
• Reducción de las plantillas de las empresas públicas como consecuencia de los recortes presupuestarios.
• El medio ambiente se ve perjudicado ya se hace necesario aumentar las exportaciones que en muchos países dependen de la explotación indiscriminada de recursos naturales.
• La deuda es tan grande que ni siquiera se es capaz de pagar los intereses, y el adjetivo "externa" se convierte en "eterna" que provoca una espiral de empobrecimiento.

Los efectos negativos de esta deuda eterna han provocado la movilización de muchos colectivos y la aparición de campañas como ¿Quien debe Quien? cuyos principios y objetivos compartimos totalmente:

Constatamos que el pago de la Deuda Externa se cobra diariamente la muerte de personas y es una de las causas de la violencia estructural y de la agresión sistemática contra los Derechos Humanos de la mayor parte de la población mundial.

Estamos convencidos que no solo es injusto extraer pagos de “deuda” de los pueblos del Sur generando impactos destructivos sobre las vidas, comunidades, economías y el medio ambiente, sino que las “deudas” que se reclaman del Sur son ilegítimas y no deben ser pagadas. Planteamos además que los pueblos del Sur son de hecho los acreedores de incalculables deudas históricas, sociales, económicas y ecológicas, adeudadas por nosotros y nuestro modelo de consumo.

Constatamos que los países industrializados, entre ellos el Estado español, han generado una Deuda Ecológica la cual tiene importantes impactos sociales y medioambientales, cambia el clima, impide la soberanía alimentaría, contamina el aire, el agua y el suelo, provoca enfermedades poniendo en peligro, de forma grave, la salud pública y compromete seriamente la supervivencia del planeta y de las futuras generaciones.

Como conclusiones finales y como postura ética coincidimos con las de los seglares claretianos, que resumimos:

• Es una DEUDA INJUSTA. Nos puede parecer que lo primero que hay que hacer es cumplir el contrato, pero no todos los contratos son iguales. ¿Qué pasa si hay usura? ¿o no se puede exigir su ejecución porque el deudor está en situación de extrema necesidad?. Si se paga se conculca el derecho a la libertad y a la vida. Si dos derechos entran en conflicto debe prevalecer el más importante: la vida antes que la deuda.
• Es una DEUDA INMORAL, usada irresponsablemente tanto por parte de los deudores como de los acreedores, que hace que los pobres sean cada vez más pobres (suben los intereses, bajan los precios de las materias primas de los países endeudados y lo que venden vale cada vez menos en relación a lo que compran).
• Es una DEUDA IMPAGABLE. Si un particular o una empresa contrae un préstamo, recibimos el dinero directamente, y lo devolvemos conforme a unas condiciones previamente pactadas. En caso de no poder hacer frente a estas obligaciones, se va a la quiebra y un tribunal evalúa la situación del deudor pudiendo declararle insolvente. En el caso de un país empobrecido no es así, primero los ciudadanos no son informados sobre el uso del préstamo y sobre las condiciones de la devolución, y segundo no pueden pedir que se les declare en quiebra porque la legislación internacional no contempla este extremo.
• Es una DEUDA PAGADA. Los países del Sur han pagado a los países del Norte cinco veces más en concepto de Deuda que la Ayuda Oficial al Desarrollo invertidos por éstos en el Sur. Además han pagado al Norte cantidades muy superiores a su deuda en concepto de intereses, y si tenemos en cuenta que muchos de estos países fueron expoliados de sus riquezas naturales (deuda ecológica) y los productos que exportan son constantemente devaluados por imposición de los acreedores, ¿quién debe a quién?.

Más información:

• Corta con la Deuda.
• Observatorio de la Deuda en la Globalización.
• Guía sobre la Deuda Externa.
• Dossier sobre Deuda Externa.
• La deuda externa. Mitos y argumentos en relación con la cancelación de las deudas de los países pobres.