Hoy hace 100 años que nació Miguel Hernández, un poeta del pueblo que luchó durante toda su vida por la libertad, se alineó siempre en defensa de los más débiles, fue fiel a sus ideas y lo acabó pagando con su vida. Hoy quiero dedicar este recuerdo y el vídeo anterior al protagonista de la historia que se cuenta al final de esta entrada.
Hace pocas semanas me enteré de esta historia, conozco personalmente al protagonista de la misma, le he visto crecer, le he llevado al cine, a la piscina y he sido testigo de como se ha hecho un hombre, así como también puedo dar fe de su honradez, de su espíritu inquieto y de los enormes valores solidarios que posee, posiblemente fruto de su educación en una familia también solidaria e implicada con los problemas de esta sociedad, y con los que mantengo una relación que calificarla de amistad sería insuficiente.
En esta historia el protagonista contempla indefenso como en un instante te pueden arrebatar tus derechos quienes deberían velar por ellos, como te pueden pisotear quienes trabajan para evitar que nadie pueda hacerte esto, como te pueden humillar quienes tienen la misión de que podamos caminar con dignidad.
En esta historia el protagonista sufre el miedo de cerca y se pone en el lugar de otras muchas personas que por tener otra piel, que por tener otros ojos, que por tener otros rasgos, que por haber nacido unos centímetros más allá o más acá en un mapa cualquiera han pasado por algo parecido o mucho peor.
En esta historia se denuncia un maltrato policial y un abuso de autoridad, en nuestro país, en nuestra comunidad autónoma, como los que Amnistía Internacional viene denunciando que ocurren desde que publicó su informe Sal en la herida donde se documenta la impunidad efectiva de agentes de policía en casos de tortura y otros malos tratos a pesar de las reiteradas denuncias contra ellos que los jueces de instrucción a menudo archivan tras una investigación mínima e insuficiente, donde se demuestra que aunque no exista una práctica sistemática de la tortura, los malos tratos y abusos no son incidentes aislados, sino muestras de las deficiencias estructurales que afectan a todas las facetas de la prevención, la investigación y la sanción de esos actos.
Esta historia probablemente nunca pueda demostrarse que es cierta, aunque yo no tengo ninguna duda de la veracidad de la misma (y pondría la mano en el fuego por quien la cuenta ahora mismo), y probablemente los culpables queden impunes y el inocente sea culpado impunemente, pero nadie podrá robarle su dignidad, cuestionar un ápice de su honestidad, arrebatarle su derecho a exponer lo sucedido o quitarle el apoyo de toda la gente que le quiere.
Pero mejor os dejo la historia para que la leáis escrita por su protagonista:
Pingback: Tweets that mention Rincón Solidario » Blog Archive » Esta historia ocurrió en Granada -- Topsy.com
gracias rafa…
Realmente es duro lo que le ha ocurrudo a Pepito, se llena el cuerpo de ira e impotencia al saber que las autoridades encargadas de resguardar a los ciudadanos Españoles, sean quienes maltraten su integridad, es muy lamentable esta acción pero hoy y ahora es cuando hay que alzar la voz y denunciar estos acontecimientos que unicamente nos llevan a la corrupción, negligencia y abuso de autoridad. Aunque ya no hayan deseos de ver a los policias abusadores, es importante asistir y dar la versión de los acontecimientos aunte un juzado para que se pongan antecedentes de las acciones, creo que todavía España, mas que Guatemala, aún guarda un poco de justicia y libertad de expresión, por lo que es importante hacer valer lo sucedido, esto ya lo ha vivido mucha gente, lo pudimos haber vivido nosotros y lamentablemente ahora le ocurrio esto a un ser querido, lamentable, pero animo pepito, estamos para apoyarte en la distancia.
Besos y abrazos.
Joder, qué rabia, qué miedo, qué impotencia, qué falta de libertad en un país «democrático»
Pingback: Rincón Solidario » Blog Archive » ¡Todo es posible en Granada!
Pingback: Rincón Solidario » Blog Archive » Las autoridades españolas toleran la discriminación
Pingback: Mi Rincón Digital » Le pasó a José Manuel Rincón, pero le podría haber pasado a cualquiera #14N