Imagino que a estas alturas a nadie pillo de sorpresa si le digo que Bin Laden ha muerto por obra del Ejército de Estados Unidos, aunque parece que cuesta ponerle verbo al modo en que lo hicieron: ¿asesinar? ¿ejecutar? ¿ajusticiar? ¿eliminar? … Según cuentan atacaron su vivienda en Islamabad (Pakistán), sin avisar a las autoridades de Pakistán aunque estuvieran actuando en un territorio que no es el suyo, se ¿cargaron? ¿eliminaron? ¿borraron del mapa? a todo el personal de la casa hasta que llegaron hasta Bin Laden y su esposa a los que tuvieron que eliminar quitándoles la vida porque intentaron defenderse (aunque iban desarmados).
Que quede muy claro que no dudamos de que Bin Laden es un asesino, un terrorista y hasta un mal nacido, pero los que se dicen defensores de la libertad, de los derechos humanos y de la justicia deben actuar conforme a estos principios (y parece que esta vez no ha sido así) además de denunciar cuando se actúa sin ellos (y parece que en esta ocasión muchos de los valedores de los mismos se van a callar).
Parece que los valores morales que tanto decimos defender cuesta un poco encontrarlos ¿no? al menos esta es la tesis que defiende Iñaki Gabilondo.
Sería curioso ver la reacción del mundo mundial si esta «caza al terrorista» es realizada por otro país, se me viene a la cabeza los cinco agentes cubanos que se infiltraron en la mafia cubana de Miami que preparaba atentados terroristas en Cuba, cuando lo denunciaron a las autoridades americanas (para no tomarse la justicia por su mano) los metieron en la cárcel (y ahí siguen) por espiar a ciudadanos norteamericanos, me llama mucho la atención la doble vara de medir.