#15m ASÍ NO

El espíritu del movimiento #15m se vio ayer derrotado por una minoría de violentos y gamberros que se desmarcaron de las acciones pacíficas y asamblearias que hasta ahora habían sido la tónica de los «indignados». Tanto Cayo Lara, que acudió a evitar un desahucio, como los políticos del Parlament de Catalunya fueron objeto de las iras de algunos incontrolados que no representan el espíritu de este movimiento.

ASÍ NO se pueden hacer las cosas, CONDENAMOS de manera tajante estas accciones violentas y nos SOLIDARIZAMOS con aquellos políticos que fueron insultados, escupidos, zarandeados e increpados, sean del partido que sean.

Aunque el movimiento #15m, y #acampadabcn en particular, se han desmarcado de los actos violentos, nos habría gustado una mayor contundencia en el comunicado, menos excusas y un apoyo más explícito a las personas que han sufrido las agresiones. Debe andarse con cuidado este movimiento que tanta ilusión ha conseguido crear en muchas personas (entre las que me incluyo) si no quiere dejarse arrastrar por una minoría de radicales y convertirse en lo que algunos sectores mediáticos quisieran.

No sería justo terminar esta entrada sin aclarar que hay muchas formas de violencia, las actuaciones de ayer fueron sin ninguna duda una de sus manifestaciones, pero también lo son las situaciones por las que están pasando muchos ciudadanos que no llegan a fin de mes, que en muchos casos no tienen suficiente para comer dignamente y que ven como políticos que llegan en coches oficiales carísimos o en helicopteros en vez de proporcionarles soluciones recortan aún más los derechos sociales que tanto costaron conseguir y no actúan contra los responsables de esta situación.

Un pensamiento en “#15m ASÍ NO

  1. Hoy, en el telediario, he visto imágenes de los seguidores del equipo de fútbol del Granada apedreando el autobús de los jugadores del Elche y me he acordado de lo sucedido ayer, frente al parlamento de Cataluña. Se recurre a la violencia con excesiva facilidad: en el caso de los aficionados al fútbol, por algo tan banal, como que tu equipo, en lugar de ganar, haya empatado; y en el de los jóvenes indignados por algo, que ha costado mucho conseguir en España: políticos elegidos democráticamenete. «Os mataremos» les espetó uno de los manifestantes a dos parlamentarios.

    Es una pena, como tú dices, Rafael, que un movimiento que ha despertado tantas expectativas, entre los que creemos que un mundo mejor es posible, se desnaturalice y pierda crédito, con actitudes violentas como las de ayer. Quiero pensar que se trata de un grupo minoritario de personas intransigentes, porque puede parecernos injusto lo que hacen los políticos; pero la base de la convivencia es el respeto y eso es justamente lo que no demostraron ayer los que insultaron y amenazaron a los políticos catalanes, que intentaban entrar en el parlamento, para ejercer su trabajo, y los que acosaron y zarandearon a Callo Lara, que trataba de sumarse a un grupo de indignados, para evitar un deshaucio en un barrio de Madrid.

    Es verdad que hay muchos tipos de violencia y no respetar el derecho al trabajo, que tenemos todos los españoles, y pagar la crisis que ha generado el mundo financiero, para que los altos dirigentes de los bancos sigan ganando más, son algunas de ellas; pero sólo mediante la palabra y nuestra capacidad de persuasión podemos intentar evitarlas.

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