El gobierno de Tsolakoglou ha aniquilado toda esperanza para mi supervivencia, que estaba basada en una pensión muy digna que, yo solo, pagué durante 35 años sin ayuda del Estado. Y ya que mi avanzada edad no me permite un modo de responder activamente —aunque si un compañero griego fuera a coger un kalashnikov, yo estaría detrás de él—, no veo otra solución que darle este final digno a mi vida, ya que no me quiero ver buscando en los cubos de basura mis medios de subsistencia. Creo que esa juventud sin ningún futuro se levantará algún día en armas y colgarán a los traidores de este país en la plaza Syntagma, justo comohicieron los italianos con Mussolini en 1945.
Esta la nota que dejó escrita un jubilado griego de 77 años y que ante la desesperación se suicidó frente al Parlamento griego en Atenas. Este suicidio no es algo puntual, Grecia ha pasado de ser el país de Europa con la tasa más baja de suicidios (justo antes del comienzo de la crisis) a ser uno donde más gente se suicida, de manera que esta tasa ha aumentado al doble.