MANIFIESTO: ¡YA ESTà BIEN! LA CRISIS QUE LA PAGUEN ELLOS
El modelo de crecimiento en esta década, siguiendo las directrices de la globalización económica, se basa esencialmente en la especulación financiera, en el aumento de la distancia norte y sur, la explotación de la inmigración, el cierre de fronteras, la depredación del medio ambiente, la flexibilización de las condiciones laborales y el desmantelamiento de los servicios públicos, el aumento y la perpetuidad de las situaciones de exclusión social en nuestro entorno mas cercano y lejano.
Es hora de hablar de la gente sin trabajo, y de los que pueden perderlo, las personas mayores que ven menguada su pensión, las mujeres que no logran empleo o que cobran menos que los hombres por el mismo trabajo, los y las inmigrantes convertidos en parados y paradas, o «sin papeles» y sin esperanza, la juventud sin empleo o con uno de porquerÃa que no les permite planificar su vida, la gente que vive en la marginación sin derechos, …
Durante años hemos visto cómo un reducido grupo de grandes organizaciones: empresas, multinacionales, bancas, especuladores, constructoras,… acumulaban beneficios astronómicos y hacÃan toda clase de trampas para ocultarlos.
Al mismo tiempo, los salarios de la clase trabajadora iban perdiendo poder adquisitivo y el precio de los productos básicos se disparaba a la vez que la vivienda se convertÃa en inaccesible.
Años y años resistiendo a eliminar el hambre del mundo por no aportar una Ãnfima cantidad (0,7%), ni a cumplir con unos objetivos serios. Años y años sin aceptar los mÃnimos del protocolo de Kyoto con la excusa de la inviabilidad presupuestaria. Pero, claro, ahora, si no se consiguen estos objetivos, la culpa es de la crisis, como si de un fenómeno natural se tratase y no de las causas estructurales que nos han llevado a ella.
El camino ante esta situación no puede ser otro que el de organizar la lucha de la ciudadanÃa, para que la crisis se convierta en una oportunidad de cambio en la correlación de fuerzas sociales y económicas, que ahora están al servicio de los poderosos y privilegiados, para levantar una propuesta que permita organizar un nuevo sistema polÃtico y social más justo y solidario en el que lo importante no sea el beneficio económico sino las personas.
Para hacer esto posible exigimos:
* El reparto del trabajo y la reducción de la jornada laboral. No a la directiva de las 65 horas semanales de trabajo.
* La estabilidad en el empleo. Contra los despidos y los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE’s).
* Aumento de la protección para el desempleo sin aumentar la cotización.
* Especial protección a l@s trabajador@s más afectad@s por la crisis: construcción, sector agrÃcola, etc.
* Aumento del salario mÃnimo Interprofesional a l.000â?¬.
* Regularización y derechos para tod@s l@s inmigrantes. Anulación de la Directiva europea de retorno (de la vergüenza) y cierre de los centros de internamiento de inmigrantes.
* Percepción de una renta básica de cuantÃa igual al salario mÃnimo interprofesional para todas las personas.
* Creación de un parque público de viviendas al que pueda acceder todo el mundo.
* Mantenimiento del sistema público y recuperación de las empresas públicas privatizadas: educación, sanidad, etc. No al Plan Bolonia. No a la directiva Bolkestein.
* Regularización de los precios para los artÃculos y productos de primera necesidad: alimentación, luz, agua, transporte, etc.
La inmensa mayorÃa de la sociedad tiene ahora la posibilidad -que no se presenta frecuentemente- de favorecer transformaciones desde la raÃz de este sistema injusto. Llega el momento de la exigencia, de la participación activa, especialmente de todos los trabajadores y trabajadoras que somos los más perjudicados.
Las crisis son una oportunidad de edificar un mundo nuevo, de despertar nuestras conciencias y ponernos a construir una sociedad más justa, más solidaria, más respetuosa con la naturaleza, …
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