Todos (y todas) son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos (y todas) tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
Y esto es así independientemente de que tengas más o menos dinero, de que seas hombre o mujer, europeo o asiática, de que tengas una legión de abogados o sólo uno de oficio. Pero desgraciadamente la realidad todavía no invita al optimismo, basta con leer la prensa y ver como hay noticias que llevan a pensar lo contrario, o ver la televisión y ver como grandes y políticos magnates se van de rositas (y hasta ofendidos) después de ser responsables de grandes desfalcos, de gastarse el dinero del contribuyente en intereses personales o de atentar vilmente contra los derechos humanos.
Si eres docente y quieres trabajar este «derecho» en clase te recomendamos:
- La película Grita Libertad, donde se expone el problema de la población de color en la Sudáfrica del «apartheid» a través de la relación de un periodista blanco y un activista de color que es asesinado.
- Las sugerencias didácticas de Amnistía Internacional.