Eurodiputad@s que no quieren viajar en clase turista

Ayer desde las distintas redes sociales se recriminó a los eurodiputados que se negaran a reducir costes de la Eurocámara congelándose el sueldo y obligándose a viajar en clase turista en vuelos inferiores a 4 horas, ya que parece ser que la mayoría (salvo algunos) considera que cobrar 8000 euros mensuales + gastos es poco y que la clase turista es demasiado incómoda para ellos.

Choca que nuestros representantes políticos aboguen por rebajar los sueldos de la clase trabajadora, recortar derechos sociales y disminuir el gasto en educación y no prediquen con el ejemplo siendo incapaces de renunciar a algunas de sus muchas comodidades y de hacer trampas en ciertos casos para arañar algunos euros a costa del contribuyente.

¿Sabéis que me parece esto? Pues que gran parte de los eurodiputados son unos CARADURAS, hay que decirlo bien alto y EXIGIR a los diferentes partidos políticos que velen por un comportamiento ético y ejemplar de la clase política.

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Cuando un niño muere de hambre en el mundo, él o ella han sido asesinados

Estas palabras tan contundentes con las que titulamos esta entrada han sido pronunciadas por Olivier de Schutter, relator especial de Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, y tiempo atrás fueron dichas también por su antecesor en el cargo, Jean Ziegler, buscando incidir en la responsabilidad (no asumida) que tienen los Gobiernos con la hambruna.

Olivier ha estado hace poco en España (Palencia) y ha sido entrevistado por la prensa, nos han parecido muy interesantes tanto las preguntas como las respuestas por lo que os las ponemos a continuación:

P. Mil millones de personas en el mundo pasan hambre. ¿Hay suficiente comida para terminar con la hambruna o habría que producir más?

R.- Ahora mismo hay comida suficiente. La hambruna no es sólo una cuestión de que tengamos que producir más, sino de que esos productos estén bien repartidos y de que la gente tenga la capacidad adquisitiva para comprar los alimentos. Además, los ciudadanos de los países desarrollados tendrían que replantearse que ingieren demasiadas calorías.

P. Usted es un defensor firme de la agroecología (aplicación de una agricultura sostenible) para luchar contra la hambruna.

R. No es la fórmula mágica, pero sí que se ha comprobado que, de esta manera, sin depender de la tecnología moderna, la agricultura produce más. No hay que modernizar la agricultura imitando a las industrias. Además, la agroecología no depende de factores externos como el aumento del precio del petróleo.

P. El precio de los alimentos está en su punto más álgido y la producción de alimentos está concentrada en pocas manos, ¿cómo se puede parar?

R. Hay factores inevitables, como los climatológicos, y otros contra los que sí que podemos luchar, como aumentar la inversión en las pequeñas explotaciones, apoyar al pequeño agricultor, mejorar su protección social y reforzar las organizaciones campesinas. Además, no hay que ayudar tanto al que reside en la ciudad ofreciéndole productos baratos.

P. En la actualidad, ¿qué países presentan el peor panorama respecto a la hambruna?

R. Teniendo en cuenta el número de habitantes, destacaría India. Pero los países en más crisis son Haití, República Democrática del Congo, Somalia o Níger. El hecho de que la gente siga pasando hambre demuestra que los Objetivos del Milenio [ocho puntos planteados por Naciones Unidas para acabar con la pobreza en 2015] son un auténtico fiasco que se centran sólo en logros puramente estadísticos.

P. Usted ha sido muy crítico con el bloqueo de Israel a Gaza, que lógicamente influye en el derecho a la alimentación.

R. Es un problema muy serio e Israel está actuando con total impunidad; a otros Estados no se les permitiría.

Aunque la hambruna ha bajado por primera vez en 15 años seguimos teniendo una cifra demasiado alta de personas que pasan hambre, una cifra inaceptable, igual de inaceptable que nuestros representantes gubernamentales sigan mirando para otro lado cuando hay tantísimas personas que soportan este sufrimiento y pudiendo solucionarlo no se haga, desde aquí abogamos por exigir a nuestros gobernantes que se tomen en serio el problema del hambre y que les retiremos nuestro voto si no lo hacen.

Pide a Catalunya Caixa que deje de especular con la alimentación

Catalunya Caixa ha lanzado un nuevo depósito financiero llamado 100% Natural. Ese curioso nombre responde a que opera con alimentos, en concreto con el maíz, el café y el azúcar. Herramientas financieras como esta contribuyen a la especulación alimentaria y al incremento desmesurado del precio de los alimentos, un incremento que tiene consecuencias para los consumidoras/es de todo el planeta pero de manera especial empuja al hambre y a la pobreza a los sectores más vulnerables de la sociedades.

La crisis alimentaria del 2008 ha vuelto con fuerza en estos meses en que los precios mundiales de los alimentos están por las nubes. La especulación alimentaria, como la que promueve Catalunya Caixa, ha sido indentificada como una de las causas más importantes de esta crisis por entidades como el Banco Mundial, la Naciones Unidas, la FAO, la Unicef o el Relator Especial para el Derecho a la Alimentación de la Naciones Unidas.

Con la comida no se juega, no se especula con ella, la alimentación es un derecho humano y debemos exigir que los mercados financieros no coticen con ese derecho como si de juguete se tratara para el lucro desmesurado de unos y el empobrecimiento de la mayoría.

Veterinarios sin Fronteras, Mundubat y COAG han iniciado una campaña en línea para reclamar a Catalunya Caixa que deje de especular con estos alimentos básicos, nosotros ya hemos participado y te animamos a que tú también lo hagas.

Visto en Canal Solidario.

¿Qué harías tú en vez de atacar Libia?

Muchas personas, algunas pacifistas, se están planteando esta pregunta ante el conflicto libio en el que se está masacrando a una parte de la población. Prácticamente todo el mundo está de acuerdo en que no debemos quedarnos con las brazos cruzados, desde la comunidad internacional no se debe permitir que los gobernantes de ningún país ataquen a su población civil para perpetuarse en el poder, pero ¿porqué tanto interés en Libia y ninguno en otros conflictos que llevan prolongándose mucho tiempo? (Sudán, Congo, Bahrein, …) ¿tendrá algo que ver el petróleo?.

Isaac Rosa se hace esta misma pregunta, y concluye que durante mucho tiempo desde la comunidad internacional se podría haber actuado de otra manera, como por ejemplo no darle a Gadaffi la llave de oro de la ciudad de Madrid ni mimarle de la manera que se le ha hecho. Además la guerra debe ser la última de las opciones, ¿y se han agotado todas o la acción bélica ya estaba decidida desde el principio?. Os dejamos el artículo de este periodista para que os sirva de base para responder a la pregunta que titula esta entrada:

“Libia no es Irak, no tiene nada que ver, es una intervención justa y con todas las de la ley. De hecho, es el contraejemplo de Irak.” -Elena Valenciano, secretaria de Política Internacional del PSOE-

Los partidarios del ataque a Libia se sienten tan seguros, sin las dudas de Irak, que casi no necesitan argumentario. Lo resumen en una pregunta, que lanzan a quienes rechazamos la agresión, y que pretende cerrar el debate: “vale, la guerra es mala, pero ¿tienes tú una alternativa mejor? ¿Qué habrías hecho, permitir las matanzas, mirar para otro lado?”. Pues bien, respondamos.

De entrada, hay que recordar que cruzarse de brazos y mirar para otro lado es repugnante, sí, pero es la norma. No lo justifico, pero invalida el argumento de que era obligatorio hacer algo, pues raramente se hace algo. Piensen en tantos países donde la población está más amenazada que en Libia, y no pasa nada. Un doble rasero más escandaloso cuando afecta a situaciones próximas: la firmeza contra Gadafi se debilita cuando a la vez miramos para otro lado en Bahrein.

En segundo lugar, para no llegar hasta aquí deberíamos haber evitado todo lo anterior. Si hoy tenemos un problema con Gadafi es porque durante años le reímos las gracias. Por tener, Gadafi tiene hasta la Llave de Oro de Madrid, que le entregó Gallardón en acto solemne, con la ausencia digna de los concejales de IU. Ya no sirve lamentarse, no hay vuelta atrás. Pero debería servir para evitar futuros gadafis, y para exigir cuentas a sus amigos de ayer, hoy enemigos.

En tercer lugar: si la guerra es el último recurso, significa que antes se han agotado todas las vías. ¿De verdad se agotaron todas las vías? ¿Se han llegado a explorar siquiera? Más bien parece que desde el principio estaba claro que la única vía era la militar, y no se intentó nada. Hubo propuestas de mediación internacional, como la de Chávez, rechazada y ridiculizada por quienes dicen que han agotado todas las vías.

Y un último argumento: una matanza no se evita con otra matanza. Tenemos muchos precedentes para dudarlo. De los muertos de Gadafi sólo sabemos de oídas, no hemos visto muchos. En cambio empezamos a ver cadáveres bajo nuestras bombas. Ah, claro, son partidarios de Gadafi, merecen ser eliminados.

Los motivos por los que no se recupera la economía española

Copiamos y pegamos este artículo de Vicenç Navarro, donde analiza las causas de la escasa recuperación de la economía española, que se basan en la escasa demanda resultado de una disminución de la capacidad adquisitiva de la población, con el consiguiente endeudamiento y la escasez de crédito resultado de la crisis bancaria consecuencia de su comportamiento especulativo. Critica las políticas de austeridad que están ralentizando la recuperación económica y concluye que deberían hacerse políticas de expansión de gasto público y creación de empleo como medidas de incremento del consumo y establecer bancas públicas que garantizaran el crédito a las pequeñas empresas y a los ciudadanos.

LA EXPLICACIÓN NEOLIBERAL

El dogma compartido por la cultura neoliberal dominante en el pensamiento económico del país, liderado por el Banco de España y por centros de investigación como FEDEA, financiados por intereses financieros y económicos del país, es que la mayor causa de que no nos recuperemos y tengamos un mayor crecimiento económico se debe al déficit del estado (la diferencia entre los gastos del estado y sus ingresos). Según tal dogma, el déficit público absorbe demasiados recursos, que se sustraen de la actividad económica en el sector privado. De ahí la supuesta desconfianza de los mercados.

De esta interpretación del porqué no estamos saliendo de la crisis se derivan sus propuestas, desarrolladas por el gobierno español de reducir el déficit, intentando alcanzar este objetivo a base, primordialmente, de reducir el gasto público. De ahí que hemos estado viendo una reducción muy marcada de los gastos públicos en sanidad, en educación, y en otros servicios públicos del estado del bienestar. Los recortes del empleo público en tales servicios del estado del bienestar, y la reducción de sus salarios son consecuencia de tales medidas de austeridad, aduciendo que tales recortes son necesarios porque nos gastamos demasiado en la España social, muy por encima de nuestras posibilidades. De ahí que debamos “ahora ajustarnos el cinturón”, tal como lo definió un portavoz de FEDEA.

EL ERROR DE TAL EXPLICACIÓN

El problema con tal interpretación del porqué no estamos saliendo de la recesión tan rápidamente como otros países es que es profundamente erróneo. En realidad la aplicación de tales medidas de austeridad está retrasando tal recuperación. Una prueba de ello es que los recortes del gasto y empleo público que están ocurriendo son muy sustanciales, y lo han sido ya durante bastante tiempo y, sin embargo, la economía no se está recuperando.

Veamos los datos. Y el primer dato que aparece claramente es que no es cierto que España se gaste en su estado del bienestar más de lo que pueda gastarse. El PIB per cápita de España es el 93.5% (en 2008) del promedio de la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo al nuestro). Pero el gasto público social (que cubre todo el gasto en las transferencias –como pensiones- y servicios públicos –sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, entre otros-) por habitante es sólo el 74% del promedio de la UE-15. Si nos gastásemos el promedio de la UE-15, nos gastaríamos 80.000 millones de euros más de los que nos gastamos en el estado del bienestar. Esta cifra, por cierto, es casi la misma cantidad que, según los propios inspectores de Hacienda, corresponde a los ingresos al estado que éste no recibe, como resultado del fraude fiscal, la mayoría del cual procede de la banca, de las grandes empresas y de las rentas superiores. El argumento de que nos gastamos demasiado y por encima de nuestras posibilidades no es creíble y responde más al terreno de la propaganda ideológica que al del conocimiento científico. El nivel del gasto público social está muy por debajo del nivel de desarrollo económico del país.

Veamos ahora otro argumento; el de que el déficit sustrae recursos al sector privado. Tal postura ignora varios hechos. Uno de ellos es que asume una impermeabilidad entre los dos sectores que es inexistente. El gasto público puede ayudar al resurgir del sector privado cuando el sector privado está en recesión. Hoy, la población española no gasta y no consume como solía hacer antes de que se diera la recesión. En realidad, la disminución de las rentas del trabajo como porcentaje de las rentas totales explica que la gente haya tenido que endeudarse para poder consumir. El endeudamiento (que ha sido muy beneficioso para la banca, pues vive de ello) se pudo sostener por el elevado precio del aval, la vivienda. Pero cuando la vivienda se colapsó, el aval bajó y fue mucho más difícil poder continuar endeudándose. Y en consecuencia bajó el consumo y al bajar éste, la producción de los bienes y servicios que la población consume también bajó. A menor consumo, menor inversión, y mayor destrucción de empleo. Y ahí está la raíz del problema.

CUÁL ES LA SOLUCIÓN

La solución pasa por dos salidas. Una es que el gasto público aumente y llene el vacío que se ha creado en la demanda. Y la mejor manera en que el estado puede estimular la demanda es creando empleo con lo cual contribuye a resolver, además del problema de la demanda, el mayor problema social que existe en España que es el desempleo. El empleo creado puede ser público o privado o los dos a la vez. Pero es fundamental que el crecimiento del gasto fuera hacia la creación de empleo.

Otra manera de estimular la demanda es mediante la reducción de impuestos, pero esta medida es muy ineficiente e incluso errónea. Los economistas neoliberales usan la expresión “de poner más dinero en el bolsillo de la gente” para justificar su demanda de recortes de los impuestos. Pero se olvidan de preguntar ¿de qué bolsillos? Los que se benefician más de la reducción de impuestos son las rentas superiores que, al conseguir más dinero ahorran más de lo que consumen, pues ya tienen tanto que lo que les llega de más, lo ahorran. Son las clases de rentas más bajas las que consumen todo lo que les llega de más, pues siempre van cortas de dinero. Pero, las clases populares no son las que se benefician más de tales recortes de los impuestos. La mayoría del estímulo económico que el gobierno español realizó para salir de la crisis se basó en la reducción de impuestos y transferencias individuales del mismo tamaño para individuos de rentas muy dispares, lo cual, como he indicado en varias ocasiones, tuvo un impacto estimulante relativamente menor del esperado. Lo que debe hacerse, pues, es no reducir los impuestos de la banca y de las grandes empresas y de las rentas altas (cuyos ingresos han continuado ascendiendo en progresión geométrica), sino aumentárselo y con el dinero conseguido crear empleo. Esta creación de empleo y aumento del gasto público en servicios públicos del estado del bienestar y en infraestructuras aumentaría la demanda, estimulando el sector privado. No es pues, que el sector público absorba y reste recursos al sector privado, sino que lo ayuda y complementa.

LA CREACIÓN DE BANCAS PÚBLICAS

La otra medida es crear bancas públicas (a base de incrementar los impuestos a la banca privada y a las transacciones a corto plazo, es decir, la famosa tasa Tobin) que garantice la disponibilidad del crédito a pequeños empresarios y a la ciudadanía en general.

Tales medidas aumentarían el crecimiento económico que es, por cierto, la mejor manera de reducir el déficit del estado. Es erróneo para la economía, el continuar el intento de disminuir el déficit del estado a base de recortar el gasto público, pues ello, ralentiza todavía más el necesario crecimiento económico.

Los neoliberales niegan la posibilidad de que se aumente el gasto público, aduciendo –como he dicho antes- que no tenemos dinero para pagarlo. Uno de los más estridentes representantes de esta ideología incluso tiene un blog que se llama “Nada es gratis”. Ya he indicado que esta postura responde a un dogma que se reproduce a base de ideología y fe, en lugar de evidencia. España tiene el mayor fraude fiscal de la UE-15 (mucho de tal fraude realizado por la Banca que financia a FEDEA y el blog Nada es gratis) y la mayor regresividad fiscal. Consecuencia de ello es que el Estado español es el que ingresa menos recursos. Sólo el 33.3% comparado con el 46.3% (impuestos recaudados como porcentaje del PIB, 2008, según OCDE) en Suecia, uno de los países más competitivos hoy en el mundo.

En realidad, el subdesarrollo económico y social de España se basa precisamente en el escaso desarrollo sector público, y la pobreza de su infraestructura y de sus servicios públicos. El argumento que tales voces neoliberales de que el sector público está hipertrofiado no se sustenta a base de los datos. En España sólo el 9% de adultos trabajan en el sector público. En Suecia, es el 22.5%. ¿Hasta cuándo continuará el dogma neoliberal que está creando tanto dolor en España?