Violencia contra manifestantes en Irán

Os animamos a participar en la campaña de Amnistía Internacional contra la violencia desatada hacia los manifestantes que no están de acuerdo con el resultado electoral y que ha causado ya varios muertos, y contra la represión informativa sobre los disturbios generados:

La violencia contra los manifestantes señala el nuevo mandato presidencial. Las protestas por el anuncio de la victoria del actual presidente Mahmoud Ahmadineyad en las elecciones presidenciales están siendo objeto de dura represión por parte de las fuerzas de seguridad.

Los estudiantes Fatemeh Barati, Kasra Sharafi, Mobina Ehterami, Kambiz Sho’a’i y Mohsen Imani fallecieron el pasado 14 de junio como consecuencia de un ataque policial en su residencia universitaria de Teherán, en el que además se produjeron varios heridos y detenciones. Otros, posiblemente decenas, fueron detenidos y hay muchos heridos.

Fuera de la capital y sin tanta atención mediática, las protestas también se han encontrado con brutalidad policial. La doctora Leyla Farzadi, el cirujano Jalil Sharbiyanlou, los activistas Ghaffari Farzadi y Rahim Yavari y otros activistas, estudiantes y profesionales de la salud han sido arrestados tras una manifestación pacífica en Tabriz, provincia de Azarbaijan el 15 de junio. Todos se encuentran en paradero desconocido. Amnistía Internacional teme que puedan estar sufriendo torturas o malos tratos y podría considerarles prisioneros de conciencia si se averiguara que han sido arrestados únicamente por haber participado en manifestaciones pacíficas.

Por otro lado las autoridades están intentando limitar la información sobre los disturbios e impedir a los partidarios de Mir Hossein Mousavi organizar protestas, restringiendo ilegalmente la libertad de expresión, bloqueando el acceso a los servicios telefónicos, incluidos los mensajes SMS, a los medios de comunicación extranjeros y a varios sitos de Internet.

Un pensamiento en “Violencia contra manifestantes en Irán

  1. Ojalá se produzca una revolución pacífica que termine no sólo con el actual presidente, sino con el régimen de los ayatolás, y que se extienda por todos los países de régimen islamista como Arabia Saudí, como sucedió con la caída de los regímenes del Este en 1989.

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