Ayer leà que el alcalde de Motril (PP) ha renunciado a su sueldo como alcalde (se queda sólo con el de parlamentario) y ha congelado los sueldos de su equipo de gobierno para intentar sanear las arcas municipales motrileñas, además de para dar ejemplo. Con esta medida prevee ahorrar más de 120.000� anuales. Esta acción contrasta con lo que suelen hacer los alcaldes nada más comenzar la legistalura, que es aumentarse el sueldo como ha hecho el alcalde de Granada, compañero de partido del de Motril, aumentándolo en un 16%.
Siempre he pensado que l@s polÃtic@s deberÃan ser modelo de honestidad, ojalá la decisión de este alcalde sea por este razón, porque es honrado y no porque sea una estrategia e inversión a largo plazo para que en la próxima legislatura tenga mayorÃa absoluta (ahora no la tiene).
Actualización 7-7-2007: En nuestra ciudad, Córdoba, se ponen de acuerdo TODOS los grupos polÃticos municipales para subirse el sueldo bastante más del IPC y a pesar de ser una de las ciudades españolas con menor renta per cápita. Puedes verlo en esta noticia.
La denuncia de la arbitrariedad de las subidas de sueldo que se hacen los políticos, sobre todo municipales es correcta, y también es importante la actualización referida a Córdoba, pues evidencia que ello afecta a todos los partidos políticos. Pero, por otro lado, es necesario comparar estas cifras con las que se pagan en numerosos sectores de la empresa privada para comprender la profunda incongruencia que se puede dar entre unos sueldos y otros, lo cual puede estar en la base de la cuestión señalada: Así, por ejemplo, el Director de cualquier oficinilla bancaria del barrio más perdido de Córdoba puede ganar fácilmente los 60 mil euros brutos anuales (doy fe de que a ese puesto puede llegar cualquier capullo, con perdón de la expresión). Es evidente que su responsabilidad y quebraderos de cabeza, aun siendo grandes, no pueden compararse con los de un alcalde. Por un lado, si el sueldo se lo paga una empresa privada ésta es muy libre de hacer con su dinero lo que quiera, mientras que el dinero público es de todos y con él debe primar la austeridad; pero por otro lado es evidente que con esta disparidad los mejor preparados se inclinarán por lo privado siempre, antes que por la actividad pública. El problema es complejo; tal vez la solución sea establecer estatalmente el máximo de sueldo que puede ponerse un alcalde, y quizás elevarlo en muchos casos, a cambio, por ejemplo, de establecer un límite de mandatos. O quizás convenga dejarlo como está, y así irán los que tengan verdadera vocación política, pero sabiéndose por todos que en la mayor parte de los casos, si es alguien preparado, ganaría más en la empresa privada.Por otro lado, creo haber leído en otro periódico que el alcalde de Mijas se ponía un sueldo de unos 120 mil euros, lo cual me parece que es una barbaridad que debería prohibirse legalmente.