En su cruzada contra el mal, el ejército de los EEUU ha bombardeado la población afgana de Haidarabad porque se habían escondido unos talibanes, pensaron que era más «eficaz» y seguro (para ellos) bombardear el pueblo entero disparando desde 37 km. de distancia, así que no se escaparía ninguno, y así fue, incluído el centenar de civiles adultos y niños que también cayeron muertos «colateralmente». Ya llevamos 230 muertos civiles en Afganistan en lo que va de año, efectos «colaterales».
230 civiles muertos, ¿dónde? ah en Afganistán, eso no tiene importancia. En cambio, tres coches con gasolina en el Reino Unido pone patas arriba nuestras sociedades, y nos indigna y nos estremece a todos.
Me parece normal que nos preocupemos por los intentos de atentados indiscriminados en Europa o donde sea (Indonesia, Egipto, Argelia, Marruecos). Los que cometen esas atrocidades son simples criminales que no tienen reparos en matar al mayor número posible de inocentes. Si alguna vez oís algo sobre unos médicos occidentales que ejerzan en algún país musulmán y aprovechen sus ratos libres para preparar y cometer atentados contra multitudes o edificios islámicos, seguro que la indignación es como mínimo igual que con lo de Londres.