Invisibles recibió el pasado domingo el Goya al mejor documental. Narra cinco historias sobre tres conflictos armados olvidados y dos enfermedades silenciosas, vistas a través de los ojos de cinco cineastas.
Como muy bien dicen en Lápices para la Paz, este documental trata de esas historias que si no se cuentan, no existen, por eso son invisibles. Refleja las reglas tan injustas que rigen en este mundo hechas por y para los poderosos, que hacen necesario mirar para otro lado para que las tremendas injusticias sociales no nos exploten delante de nuestra mirada y nos resquebraje nuestra edulcorada conciencia.
Esta es una historia de historias. Un acercamiento a aquellas personas que residen en nuestro olvido. Un deseo de dar voz a varios de los que se quedaron mudos por la indiferencia. Y un humilde homenaje a esas otras personas que nunca apartaron su mirada de ellos. Pero sobre todo es la voluntad de cinco directores por hacer visibles a sus verdaderos y únicos protagonistas, a aquellos que creemos y preferimos seguir creyendo invisibles. Son las víctimas de cinco crisis olvidadas, dos epidemias mudas y tres conflictos armados que no reciben la atención mediática que les corresponde: la enfermedad del Chagas, la enfermedad del sueño, los niños soldado de Uganda, la violencia sexual contra civiles en el Congo y los campesinos desplazados de Colombia (culturalia.net).
Definitivamente tengo que verla