Ã?ste es el titular de la noticia publicada en el diario El Mundo. Un número que empieza por 2 y tiene 8 ceros seguidos es la cuantificación de las personas de 39 paÃses que se morirÃan de hambre si no fuese por la ayuda internacional según el informe anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), presentado en Roma.
Mientras muchos de nosotr@s hipotecarÃamos lo que fuese por conseguir la pastillita mágica que nos permitiera hartarnos de churros, chorizo y huevos fritos sin aumentar de peso, hay 800 millones de personas en el mundo que se van a la cama todas las noches con hambre, y hay más de 800 millones que tienen sobrepeso o padecen obesidad. Además el hambre, que mata directa o indirectamente a nueve veces más personas cada dÃa de las que murieron en las Torres Gemelas de Nueva York, es la manifestación más extrema posible de la pobreza, del fracaso humano. Reducir la cifra de gente hambrienta en el mundo a la mitad ha sido identificado como una prioridad dentro de los Objetivos Milenio de Naciones Unidas. Aparte de organizaciones pertenecientes a la ONU hay 1.200 ONG comprometidas con este esfuerzo.
Sin embargo hoy, el único indicador que ha mejorado desde la aprobación de los objetivos del milenio, en 2000, ha sido la pobreza global. Otros indicadores, como la alfabetización, el acceso al agua, la reducción del hambre… han empeorado. La propia pobreza se ha reducido, sin embargo, no gracias al incremento de las ayudas a los paÃses en desarrollo sino por el dinamismo económico de Asia, cuyo crecimiento ha influido extraordinariamente en el nivel de vida de millones de personas.
Producimos en nuestro planeta la cantidad suficiente de alimentos y tenemos los medios para poder cubrir las necesidades de todos los seres humanos. Entonces, ¿cuáles son las causas de qué tantos millones de personas en tantos paÃses pasen hambre?. Los ¿expertos? no siempre se ponen de acuerdo, pero buscando documentación he encontrado un artÃculo de John Carlin publicado en «El PaÃs Semanal» (Diciembre del 2004) en el que me he basado para intentar encontrarlas:
La incompetencia y/o corrupción de los Gobiernos de los paÃses empobrecidos (que no más pobres) |
Ejemplos:
- Guinea Ecuatorial, donde el presidente y su familia se han beneficiado con una extravagancia faraónica del descubrimiento de grandes yacimientos petrolÃferos sin pensar ni un segundo en el 90 %. de la población que sufre hambre y abandono.
- Angola, donde no sólo hay petróleo sino una extensa riqueza mineral. Una larguÃsima guerra civil terminó hace pocos años, pero los gastos militares no han disminuido: siguen acaparando un 30 %. del presupuesto gubernamental.
- Nicaragua, donde la mitad de la población vive en condiciones de pobreza extrema, el 85 % de la deuda externa ha sido condonada en los últimos años sin que haya aumentado el presupuesto en gastos sociales, como la educación. Tal vez ahora…
- Ucrania en tiempos de Stalin y China en tiempos de Mao. Ni Stalin ni Mao perdieron un ápice de poder como consecuencia de los millones de personas que murieron entonces.
En muchos paÃses la gente come mucho menos de lo que podrÃa si sus gobiernos se interesaran más por su bienestar. En esos casos el hambre, incluso a nivel masivo, no conlleva un coste polÃtico. Quizá un dictador considere sensato abastecer de alimentos a la población urbana, al menos de la capital, con la única intención de mantener el orden público. Pero si los habitantes de las zonas rurales más aisladas sufren malnutrición, ¿qué importa?.
El premio Nobel Amartya Sen, economista hindú de la Universidad de Oxford, argumenta en su libro «Desarrollo y libertad» que existe un vinculo muy claro entre tiranÃa y hambre, democracia y prosperidad. En las democracias, escribe Sen, no hay hambruna. «Los gobernantes autoritarios, que pocas veces pasan hambre (u otras calamidades económicas), no tienen el incentivo para tomar el tipo de medidas necesarias para que las hambrunas se prevengan». En las democracias, en cambio, los Gobiernos sà tienen un fuerte incentivo para mostrarse responsables ante las necesidades más elementales del electorado: si no lo son, la próxima vez que la gente vote es probable que pierdan el poder.
La hipocresÃa de los grandes paÃses capitalistas al hablar de «libre mercado» |
El ejemplo más claro los tenemos a la hora de comerciar con productos agrÃcolas. Uno de los grandes escándalos a nivel mundial, uno que todos reconocen pero pocos de los que podrÃan hacer algo al respecto abordan con la necesaria seriedad, es el de los subsidios que los agricultores de Estados Unidos y Europa reciben de sus Gobiernos. Las reglas del comercio internacional son tan injustas que si los mismos principios se aplicaran en un partido de fútbol se provocarÃan graves disturbios. Es como si el arbitro en un España-Burkina Faso hubiese sido pagado por los españoles para asegurarles que todos los goles del equipo africano serian anulados, y, por si acaso, la mitad de los rivales expulsados antes de acabar el primer tiempo:
- Estados Unidos gasta 4.000 millones de dólares al año en subsidios para sus productores agrÃcolas. Lo que esto significa, en la práctica. es que, por ejemplo, los productores de algodón en Senegal van a la bancarrota. Los estadounidenses inundan el mercado y expulsan a los senegaleses de él. Lo que es casi peor, inundan los propios paÃses productores de algodón o maÃz o azúcar- con materia prima barata, lo que hace que los agricultores locales no puedan ni siquiera competir con los productos importados. La imagen del obeso ciudadano de Iowa, estado agrÃcola por excelencia, contrastada con la del esquelético etiope, retrata a la perfección esta gran injusticia global.
- En Kenia, entidades con el Banco Mundial o el FMI obligaron a privatizar los silos públicos donde los agricultores locales almacenaban los cereales para dejarlos en manos de multinacionales. En la práctica esto los ha llevado a la ruina, ya que son estas multinacionales las que deciden el precio de compra de los cereales a los agricultores locales y el momento y precio de venta de los mismos al resto de la población con una estrategia orientada a maximizar el beneficio económico.
- Los europeos son igual de culpables. Hacen exactamente lo mismo con otros productos; una de las razones por las cuales algunos africanos, huyendo del hambre, se suben a pateras en Marruecos y (si tienen suerte) llegan a las costas españolas, generando problemas que proceden, al menos en parte, de la desleal competencia de la que son cómplices España y el resto de la Unión Europea.
Las guerras y la inseguridad en general |
Los peores casos de hambruna en Ãfrica en los últimos años se han dado en tiempos de guerra. El frágil equilibrio que permite que, aunque la gente pase hambre, sobreviva, se rompe y ocurre lo que ahora en Sudán y hace 20 años en EtiopÃa. La guerras desplazan a la gente de sus tierras ancestrales, destruyen la infraestructura alimentaria, bloquean el acceso fÃsico a comida de otras partes y dejan secuelas -por ejemplo, la muerte de individuos que saben cultivar la tierra- de las que las comunidades afectadas tardan años en recuperarse. En Afganistán, el volumen de minas antipersonas enterradas en los varios conflictos militares que se han llevado a cabo desde 1979 ha hecho que más de la mitad de la tierra agrÃcola no pueda ser cultivada. En muchas ocasiones las causas de estas guerras tienen mucho que ver con el legado que los paÃses colonialistas dejaron y ahora miran a otro lado.
Dan pescado cuando hay hambruna, pero no enseñan a pescar cuando no la hay |
Los paÃses ricos responden ¿bien? cuando ocurre una catástrofe, pero lo que no han sabido hacer es ayudar a que se evite, o crear las condiciones para que los problemas del hambre endémica desaparezcan. O al menos no con el empeño necesario.
Ejemplos: EtiopÃa y Sudán. En 1984, el cantante irlandés Bob Geldof reunió a algunos de los mejores artistas musicales de la época y grabó una canción para recaudar fondos para las vÃctimas de la terrible hambruna etÃope de aquel año y logró recaudar mucho dinero. Hace pocos años Geldof, Bono y unos 40 artistas más hicieron lo mismo para las vÃctimas de Darfur (Sudán).
El problema es que en los 23 años que han pasado desde aquel gran despertar de la conciencia internacional que Band Aid representó los problemas de EtiopÃa son los mismos. No hay hambruna al nivel de 1984, pero sà hambre permanente en un contexto en el que la ayuda internacional a los paÃses pobres se ha ido reduciendo. En un año bueno, cuando las cosechas rinden a tope, entre dos y tres millones de personas de EtiopÃa necesitan comida del Programa Mundial de Alimentos u otros organismos internacionales. En un año malo, el número asciende hasta una cantidad entre 12 y 15 millones:
- Salvo brotes como Band Aid cada 20 años, los habitantes de los paÃses ricos no se interesan lo suficiente como para presionar a sus Gobiernos para que inviertan más en ayuda a los pobres del mundo que en nuevos submarinos.
- Mientras se reacciona de manera ágil y eficaz y contundente (sin escatimar las inversiones), a la hora de las grandes crisis, tipo Darfur, existe poco afán por el trabajo lento, gradual, poco glamoroso (lejos de las cámaras de los medios de comunicación) que se requiere para ir paulatinamente ganando terreno al hambre y previniendo asà las grandes hambrunas antes de que ocurran.
Hay amores que matan y gente que se acomoda a la superviviencia |
Se da la contradicción de que aunque la ayuda internacional es insuficiente, a veces es demasiada. Se crea un problema de dependencia que hace que comunidades enteras pierdan la costumbre de alimentarse a sà mismas:
- En Ruanda, un paÃs muy pobre que ha recibido mucha ayuda alimentaria desde el genocidio de 1994, representantes gubernamentales se quejan de que su gente, o gran parte de ella, habÃa perdido la costumbre de trabajar, de cultivar sus tierras. Siempre habÃan vivido en un nivel de subsistencia, pero ahora la subsistencia no procedÃa de su propio trabajo, sino del camión semanal de reparto de comida. Incapaces de concebir -y esto tiene todo que ver con la falta de educación- una ambición más elevada que la mera supervivencia, habÃan dejado de preocuparse por desarrollar la economÃa local.
- Los angoleños que vivÃan en zonas rurales tan remotas durante la guerra que jamás recibieron ayuda, son los que no se acostumbraron a tener sus necesidades básicas satisfechas por gente caÃda del cielo y los que mejor se han adaptado, los que mejor saben organizar sus vidas de manera productiva, responsable y eficaz.
Hay que saber encontrar el equilibrio correcto.
Las enfermedades |
La malaria, el sida y la tuberculosis causan hambre. No es sólo que el hambre cause enfermedad, sino que la enfermedad impide a las personas trabajar en el campo y en consecuencia alimentar a sus familias, con lo cual se crea un cÃrculo vicioso enfermedad-hambre-más enfermedad-más hambre. No sólo se ve afectada la cantidad de comida a ingerir, sino también la calidad: la proporción de carbohidratos respecto a las proteÃnas aumenta en la dieta cuanta más pobreza hay, lo cual a su vez supone una deficiencia de hierro, zinc, yodo y vitaminas. Se podrá sobrevivir sin las cantidades de estos micronutrientes consideradas básicas en Occidente, pero no se puede llevar un vida sana. La vulnerabilidad es extrema.
El determinismo geográfico |
El clima y otras fuerzas ineludibles de la naturaleza pueden influir de manera decisiva en los hábitos alimenticios de la gente. Los paÃses donde hay hambre son los paÃses calientes de la tierra. los que están situados entre las latitudes de los trópicos. Estos paÃses son por un lado, más vulnerables a sequÃas o inundaciones -a la violencia meteorológica- que los paÃses del norte. Pero también existe la paradoja de que, en términos históricos, son paÃses más fértiles que los frÃos; están menos a la merced de los cambios bruscos estacionales. Una persona que no tiene ingreso alguno va a poder sobrevivir por su cuenta en la selva del Congo, va a poder encontrar comida en los árboles con más facilidad que una persona sin ingresos en los bosques de Finlandia. En tiempos prehistóricos. vivir en el Congo en vez de en Finlandia era una ventaja. Algunos autores argumentan que los humanos que habitan los paÃses más frÃos e inhóspitos se ven obligados a buscar formas de conservar la comida para el invierno, de planificar para el futuro. Por ejemplo, antes de la refrigeración, utilizando la sal. Esta necesidad de conservar hizo que la relación con la comida se volviera más sofisticada en los paÃses del norte que en los del ecuador o el sur.
Aunque es muy fácil culpar a la naturaleza la realidad es que las condiciones creadas por los seres humanos están haciendo a la gente cada vez más vulnerable a los caprichos de la misma, siempre hay comida disponible para aquellos que puedan pagarla y la hambruna golpea solamente a los más pobres. Millones de personas viven al borde del desastre en el sur de Asia, Africa y otras partes, porque fueron despojados de sus tierras por una minoria poderosa, y están atrapados permanentemente por la presión de las deudas o recibiendo salarios miserables. Los desastres naturales son simplemente el empujón final sobre el abismo. Por ejemplo, en Estados Unidos, muchos de los que no tienen casa mueren de frÃo cada invierno y ¿quien tiene la responsabilidad última? ¿acaso el clima?.
La caridad comienza en casa |
La solución al problema del hambre es muy sencilla de identificar y muy difÃcil de llevar a cabo: el desarrollo. A no ser que sea especialmente incapaz o tenga muy mala suerte, la gente que vive en Norteamérica, Europa o Japón no pasa hambre. No está mal nutrida. Y vive hasta los 75 años y más. En Ãfrica viven 30 años menos. Según Intermón Oxfam regalar comida no es, a mediano o largo plazo, la solución, lo más importante es que la gente sepa cómo ganarse la vida. que se valga por sà misma. El hambre es sencillamente la pobreza llevada a su máxima expresión. Con lo cual, lógicamente, hay que combatir la pobreza, hay que dar a la gente los medios y las condiciones para que puedan enriquecerse. Esto supone abordar los problemas anteriores sin excluir una cooperación internacional justa, responsable y enfocada con sensatez y procurar crear sociedades democráticas en el sentido más amplio y profundo sentido de la palabra, no simplemente con la celebración de elecciones cada 4 años.
CONCLUSIONES FINALES:
- Las reglas de la economÃa mundial actual, incapaz de ofrecer a tod@s oportunidades, y una sociedad que coloca la eficiencia económica por encima de la compasión está perpetuando esta situación.
- Desde sus privilegiadas posiciones, los paÃses ricos inundan con sus productos agrÃcolas subvencionados a los paÃses del llamado Tercer Mundo, que siguen viviendo básicamente de la agricultura, los saturan, los bloquean, les hacen imposible competir en el mercado mundial y ni siquiera les dejan margen para poder vender sus productos en su propia tierra. La supuesta globalización no es tal.
- El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC) establecen un juego con reglas desiguales. A los paÃses en desarrollo se les obliga a abrir sus fronteras, a desarmarse de aranceles y cualquier otra medida proteccionista pero la Unión Europea y EE UU hacen lo contrario y usan las subvenciones agrÃcolas para poner en el mercado productos, como el trigo y el azúcar, a precios por debajo de su coste. A eso en mi tierra se le llama competencia desleal.
- Las multinacionales alimentarias fuerzan continuamente a la baja el precio de materias como el cacao y el café -sus precios en origen, lo que se paga a los que cultivan la tierra, han caÃdo a la mitad en los últimos años-. Asà la situación, los campesinos del Sur sencillamente se mueren de hambre. Estas reglas injustas de comercio constituyen una de las claves con más ramificaciones de por qué hay hambre. Los agricultores y ganaderos del Tercer Mundo no ganan para salir adelante; son vulnerables a episodios de sequÃa o violencia.
- El hambre no es un problema de malas cosechas o de falta de tierra. Es un problema con origen humano. Obedece a malas decisiones de determinadas personas, especialmente de las clases gobernantes. Cuanto más responsable, honesta y preparada sea la gente en el poder y cuanto más generosa la gente en los paÃses cuyos problemas de supervivencia elemental están resueltos, menos hambre habrá en el mundo. El problema es que todo esto, como demuestra la historia de la especie, es mucho pedir.
- ACABAR CON EL HAMBRE ES UNA SIMPLE DECISIÃ?N POLÃTICA: LUCHAR CONTRA LA EXTREMA RIQUEZA QUE PROVOCA LA EXTREMA POBREZA.
Rafael del Castillo.
Me parece interesantísimo el artículo de Rafael, pero por ello mismo voy a destacar algunos aspectos del mismo indicando cómo se contradicen con otros: a) Si la pobreza se ha reducido es debido al desarrollo económico de Asia, y no a la ayuda externa. Pues entonces, deberíamos fijarnos en qué políticas económicas se han aplicado en los países asiáticos, y extenderlas al resto del mundo «subdesarrollado», y no estar insistiendo en la culpabilidad del 1º Mundo por su falta de generosidad (como hacen los del 0,7%).
b) Las subvenciones, en efecto, son un elemento perturbador del mercado. Pero ello no obedece a ninguna estrategia capitalista del FMI, sino que se corresponde con la visión izquierdista de proteger estatalmente al productor local frente al foráneo (lo mismo que quienes se oponen a la entrada de productos industriales procedentes de países pobres para proteger los puestos de la industria local). c)Si los subsidios para vender más barato que la propia producción local arruinan a los agricultores de países menos desarrollados, cosa cierta, entonces aún más lo arruinarían las ayudas (precio=0). Lo cual nos lleva a la misma conclusión que en el 1º apartado. d) Lo del «tal vez ahora» en Nicaragua no lo entiendo. ¿Ha entrado un nuevo gobierno que se base en los ejemplos asiáticos de desarrollo? ¿O más bien se inspira, sin llegar a esos extremos, en los mencionados ejemplos de la China maoísta, URSS, Etiopía o Angola? e) No se puede generalizar como «Tercer Mundo» a las 5/6 partes de la población mundial. La mencionada esperanza de vida es un buen ejemplo: En Latinoamérica (550 MM de habitantes) supera los 70 años, al igual que en Asia del Este (1900 MM), en Asia del Sur (1400 MM) ronda los 65 años, y es superior en los países árabes, Europa del Este, etc. Esto conviene aclararlo cuando se habla de pobreza o hambre, pues de lo contrario se da una imagen catastrofista que hace que parezca que el problema es irresoluble, cuando en realidad se podría decir: Si el 86% de la población mundial está correctamente alimentada, no debe ser imposible alimentar al otro 14% (por cierto, eso de que no han disminuido los índices negativos será como mucho en valores absolutos, pero no en relativos).
En respuesta a los comentarios de Gabriel, me gustaría puntualizar algunas cosas:
1.- La discusión básica sobre el desarrollo de las economías que están aplicando una política ultraliberal en Asia está mal enfocada si hablamos de desarrollo según los criterios de los precursores de esas políticas. Desde mi punto de vista el desarrollo no depende de la renta per cápita o el PIB de un país, depende de la situación de la gran mayoría de la población. El PIB o la renta per cápita de esos paises está subiendo de una forma brutalmente desigual, las capas más inferiores incluso ven recortados de forma real sus ya míseros ingresos. Además, estas políticas recortan, o directamente eliminan, servicios públicos básicos como el derecho a una educación de calidad, la sanidad pública, pensiones y seguro de desempleo. Así se consigue el doble objetivo de mantener a la mayoría de la población en un estado de precariedad absoluta que los convierte en inermes para enfrentarse al sistema, y además se reducen los impuestos para los más ricos. También se consigue maquillar las estadísticas, de que sirve que tu renta suba un 1% si ahora tienes que pagar servicios que antes eran gratuitos y que suponen un gasto mucho mayor que lo que ha subido tu renta.
2.- El sistema capitalista liberal de que nos habla Gabriel simplemente no existe. EE.UU. es una de las economías mas proteccionistas del mundo con sus productos, y los profetas del ultraliberalismo no dudan en acudir al gobierno cuando sus negocios caen. En realidad son economías a lo Robin Hood pero al revés, se roba a los pobres para dárselo a los ricos. Un ejemplo, el gasto sanitario del gobierno de los EE.UU. es enorme, pero sus servicios están por debajo de muchos países subdesarrollados. Esto ocurre porque ese gasto va a parar a empresas privadas que ofrecen sus servicios a precios desorbitados. Otro ejmplo. la guerra de Iraq, un negocio redondo para las empresas que están alrededor de los neocon, mientras los pobres ponen los muertos y el dinero.
Un saludo a todos.
Solo un pequeño comentario a Gabriel. En el punto b) de su comentario Gabriel afirma estar de acuerdo en que estas subvenciones desleales son ‘un elemento perturbador del mercado’ (esta afirmación de por sí ya le contradice a él mismo y a todos los que defienden el capitalismo neoliberal y la frase afable ‘economía de mercado’). Pero lo que quería comentar es que además añade una confusión indicando que el motivo de esta intervención en el mercado es una influencia izquierdista, confundiendolo (no se si adrede) con lo que en realidad es: una clara intervención del aparato del Estado Capitalista al servicio de intereses de las multinacionales. Repito que no se si esto es adrede o tal vez es que antepone su ideología a su razonamiento.
Gabriel, comento brevemente algunas de las cuestiones que planteas:
– Cuando digo que la pobreza se haya reducido lo hago refiriéndome al indicador correspondiente.
– Que el resto de indicadores ha bajado no lo digo yo, sino responsables de la FAO a los autores de el artículo de EPS.
– El Movimiento 0.7% reivindica que los países desarrollados cumplan el acuerdo que se firmó en la ONU en 1980, y la realidad es que hasta ahora sólo lo han cumplido cuatro países, entre los que no está España, me parece que tienen argumentos de peso para recriminar esta actitud ¿no te parece?.
– Nicaragua tiene nuevos gobernantes, y me da en la nariz que con un estilo algo diferente de los que llevan gobernando el país hace muchos años, por lo que a lo mejor mejoran algo las cosas ya que creo que a peor es difícil ir.
– No se trata de izquierdas ni derechas, sino del interés del extremedamente rico por serlo más aún a costa de hacer al extremadamente pobre todavía más pobre.
Procurando no desviarnos de la cuestión básica del artículo (el hambre en el mundo) voy a contestar a algunas de las cosas que se han dicho en los comentarios: a) ¿Cómo se puede negar el desarrollo de Asia del Este con el sistema capitalista? No se trata de una cifra abstracta (como el Pib) sino del verdadero cambio habido en el nivel de vida de sus ciudadanos. Ante este hecho, la izquierda suele adoptar sucesivamente posturas contrapuestas: Primero dice que tal crecimiento es falso, después que sólo afecta a una parte de la población, y finalmente (cuando su evidencia es innegable) afirman que «tal sociedad ha caído en los esquemas del consumismo». Eso mismo se decía en España hace 30 años. Analízense los indicadores de nivel de vida, empezando por los básicos (esperanza de vida, alfabetización, mortalidad infantil) y continuando por los de consumo (líneas telefónicas, televisores, coches, etc.) y se verá la inmensa diferencia entre la situación de la población asiática capitalista con sus vecinos que siguieron la vía marxista o con los países africanos que no optaron por un capitalismo competitivo (es decir, prácticamente todos). ¿Puede compararse Tailandia con Laos o Camboya? ¿Acaso no se ha reducido realmente la pobreza incluso en regímenes comunistas que económicamente han hecho reformas inspiradas en sus envidiados vecinos, como China o Vietnam? Respecto a estos últimos, la opinión del Sr. García Pedrajas sería que lo están haciendo mal, que por ahí sólo se va al desarrollo de una minoría para empobrecer al resto, pero en muchos comentaristas izquierdistas ya se escucha un lamento que es contradictorio con este pensamiento:» estos pueblos, símbolo de revolución en otros tiempos, ahora sólo piensan en enriquecerse y tener más objetos de consumo» (lo que significa, en el fondo, reconocer el triunfo innegable del sistema capitalista). Corea tiene un nivel semejante a España en todo, excepto en educación (donde ellos son muy superiores). Lo mismo cabe decir de Taiwan o Singapur. China duplicó su cosecha en 5 años, a comienzos de los 80, introduciendo principios capitalistas en el campo (ya que hablamos de hambre). En suma, el desarrollo asiático (y ahora la gigantesca India también se suma al mismo) es uno de los hechos históricos más determinantes de las últimas décadas(sólo superado por la caída del muro de Berlín) y su luz debe irradiarse sobre el mundo entero como ejemplo a seguir. b) Es cierto que no existe el sistema capitalista puro, pero no para asegurar la supervivencia de los empresarios capitalistas, sino para asegurar unos servicios básicos para todo el mundo (aunque, alcanzado un cierto desarrollo, estos los satisface mejor el mercado). ¿Cuándo se roba a los pobres? Las política de rebajas de impuestos se caracterizan, en 1º lugar, por establecer un mínimo muy elevado para empezar a tener obligación de contribuir. El gasto público sanitario en EEUU, en 2003, fue del 6,8% del PIB, y el privado del 8,4% (en España, 5,5 y 2,2 respectivamente). Ello supone un gasto per cápita de 5.711 y 1.853 dólares en cada país. Es decir, la proporción de lo privado es mucho mayor en EEUU, pero no por ello deja de ser mayor el gasto público, en relación al PIB, en EEUU que aquí. ¿Cuál es el ejemplo a seguir? Si nos vamos a un nivel más bajo de desarrollo, los gastos per cápita son los siguientes: Chile (707 dólares, la mitad público), Costa Rica (616, 78% público), México (582, 45% público), Cuba (251, 83% público). ¿Dónde se produce más gasto sanitario, en contra de la mitología extendida, incluso considerando sólo el público, que por definición llega a todos? C)Respecto a lo que dice Juan Antonio: Sigo afirmando que las subvenciones son un elemento nocivo para el desarrollo de los países atrasados, y sigo diciendo que ello se debe a la presión izquierdista y sindical sobre los gobiernos occidentales. ¿Dónde está la contradicción? ¿Cuál es la postura del francés Bové y en qué ámbito ideológico lo situaríamos? ¿Qué pintan aquí las multinacionales? ¿Cuál sería tu postura ante una hipotética supresión de subvenciones y aranceles por parte de la UE?. d) Respecto a lo que dice Rafa: Lo de los indicadores subiendo o bajando lo decía porque hace unos 6 años la cifra que se daba de desnutridos era de 845 MM, según creo recordar, y por tanto ha bajado algo. En cualquier caso, es el mismo fracaso, pero dicho así parece que todo sigue igual, cuando lo cierto es que en algunos países ha bajado mucho (como China y algunos sudamericanos) y en otros ha subido (como en Zimbabue tras la expropiación de Mugabe a los colonos blancos). Lo razonable sería trasladar el modelo de los que la reducen a los que la mantienen o incluso la incrementan, en lugar de frases maximalistas como «millones de personas fueron despojadas de sus tierras en Asia y en Africa», que como no se refiera a las expropiaciones llevadas a cabo por regímenes marxistas en ambos continentes…Lo del 0,7% lo analizaba a la luz de tus propias conclusiones sobre la incidencia de la «ayuda» en los países menos avanzados. Tal vez sea necesaria, pero enfocada a la producción (y en parte exportación) para que así tenga una continuidad el progreso que puedan experimentar. Por cierto, ¿qué países deberían ser los receptores de dicha ayuda? Porque el hecho de que países como México o Brasil sigan recibiendo ayuda oficial es casi curioso, si bien es 6 veces menor que lo que recibe Cuba (en relación al nº de habitantes). Respecto a Nicaragua, habría que analizar la evolución del país en los últimos 16 años, partiendo del bajísimo nivel existente en 1990, si las políticas aplicadas eran realmente liberales (como en el vecino El Salvador, que sí ha progresado), efectos del huracán Mitch, etc., pero el ¿nuevo? gobernante, desde luego, parece más cercano a los ejemplos negativos que tú mismo ponías en el artículo. Los datos están tomados del último Informe sobre Desarrollo Humano (Octubre 2006).
Hola Gabriel:
Solo puntualizar algunos aspectos de tu respuesta:
1) Respecto al gasto sanitario en EE.UU. me alegra comprobar que me das la razón. Ya dije en mi mensaje anterior que a pesar de tener un gasto enorme en sanidad, la cobertura real en EE.UU. haría enrojecer a muchos paises del tercer mundo. Ese es el modelo capitalista, se recaudan los impuestos y con ellos se paga un servicio sanitario privado a un precio vergonzosamente superior al valor real de la prestación. Así se enriquecen las empresas que comercian con la salud de los seres humanos mientras estos mueren. Podríamos también hablar de la podredumbre a la que conduce este sistema, pero estoy seguro que si cuento algunas cosas del sistema sanitario de EE.UU, varias las conozco de primera mano, nadie lo creería por la bajeza moral a la que puede llegar el ser humano.
2) En mi mensaje anterior hablé de cifras macroeconómicas y vuelves con lo mismo. Te repito, esas cifras no me interesan, la mayoría de las veces son falsas o no reflejan la realidad. Además, como se puede comparar Vietnan donde los EE.UU. asesinaron a millones de personas y arrasaron y quemaron cosechas, o Camboya donde antes de marcharse envenenaron las tierras con productos que impiden su cultvo durante decenios con cualquier otro país del entorno.
3) Finalmente un comentario sobre Nicaragua, uno de los episodios más repugnantes del capitalismo en América Latina. El primer gobierno sandinista fue felicitado por la OMS por el mayor descenso en la mortalidad infantil de la historia. Posteriormente el gobierno títere de los EE.UU. ha conseguido que Nicaragua sea ahora el segundo país más pobre del mundo. Sirve además como ejemplo de la democracia que les gusta a los capitalistas yanquis, los aviones de EE.UU. volaban cargados de bombas sobre Nicaragua mientras el presidente Reagan avisaba que si no ganaba su títere serían bombardeados inmediatamente.
Un saludo
Intervengo por última vez en los comentarios de este artículo (porque podría eternizarse y porque nos alejamos del tema inicial) ya que no puedo dejar de contestar algunas cosas dichas por Nicolás: 1) Este razonamiento sobre la sanidad estadounidense supone un nuevo paso, ya que lo habitual en los críticos izquierdistas es decir que el capitalismo estadounidense pone pocos impuestos, con lo cual no se recauda lo suficiente para tener unos servicios básicos públicos que lleguen a los que no pueden pagárselo de su bolsillo; o bien decir que esa recaudación impositiva se emplea en ejércitos en vez de en tales servicios públicos; ahora resulta que sí se recauda y se gasta en servicios públicos como la sanidad, pero ineficientemente debido a que se pagan por encimo de su valor real (vamos, que el Estado paga las camillas y los fonendoscopios al doble de su valor y, claro, hay menos). Tremendo. Y si queremos evaluar la calidad de sus servicios tendremos que ver el servicio en su conjunto, y no si tal o cual tratamiento u operación (que alomejor no la sufre ni el 1% de la población) está cubierta por la Sanidad Pública. 2) ¿Quién ha utilizado cifras macroeconómicas? Todos y cada uno de los datos que se pueden utilizar para afirmar, por ejemplo, que España está mucho mejor que Argelia o Marruecos, se pueden utilizar para lo afirmado sobre la diferencia entre dragones y tigres asiáticos respecto a sus vecinos que adoptaron la vía marxista. Lo que pasa es que esto no se reconoce por la izquierda excepto cuando parece que va a fracasar (como en la crisis de 1997, reconociéndose entonces el cambio experimentado pero afirmando «que tenía poco fundamento de continuidad, o que había sido un espejismo», cuando en realidad en 2 años se recuperaron y siguieron prosperando). Si fuesen datos falsos, ¿por qué no darlos también del Asia no comunista, pero que no optó plenamente por el mercado libre, como Filipinas o Indonesia? Recuerdo que en cualquier país del Asia capitalista puede ir cualquier equipo de investigación con sus cámaras a rodar la situación de tal o cual barrio o segmento de la población (no sabemos cuánto le duraría la cámara en Cuba o Corea del Norte), y cualquiera de ellos constata las diferencias entre Corea del Sur, Tailanda o Indonesia, y de estos países con Laos o Vietnam. ¿Por qué Vietnam ha optado en los últimos años por la vía capitalista, al igual que China? ¿También a ellos les engañan? Los últimos bombardeos de Vietnam fueron hace 34 años (por cierto, defendiendo a un régimen que había repartido más tierras entre los campesinos que su homólogo del Norte), y resulta que empiezan a prosperar al adaptarse a la economía de mercado (¿se ha puesto bien la tierra de golpe y han aprovechado sibilinamente este hecho biólogico para cambiar y que se identifique el progreso con el libre mercado?). Que casualidad que esta diferencia de resultados se diese también entre las 2 Alemanias, las 2 Coreas, las 2 Chinas, etc. Por Dios, que estamos hablando en serio. 3) Nicaragua: a)Miraré lo de la felicitación de la OMS a los sandinistas de los 80, que no conocía, aunque preveo que puede darse el mismo caso que en la alfabetización, que supuestamente mejoró mucho con ellos y al salir del gobierno resulta que vuelve de golpe a bajos niveles (¿se olvidaron los ciudadanos de cómo se lee al entrar la derecha?), o como en los falseados datos de la extinta URSS sobre esperanza de vida. b) Respecto a la ayuda estadounidense a la contra, El Irán-Gate demuestra más bien lo contrario (sectores minoritarios y radicalizados de la administración reaganiana tuvieron que recurrir a una acción ilegal, vendiendo armas a un enemigo como Irán, para conseguir fondos que el gobierno se negaba a dar para los contra). Más significativo aún es la imagen, que algunos recordaréis, de las tropas de Edén Pastora tirando piedras desde aviones como gesto simbólico de protesta ante la falta de armas, por la negativa de EEUU a vendérselas. La contra se formó por los mismos campesinos como respuesta, sobre todo, al reclutamiento obligatorio, y también a la confiscación de tierras (lo cual no excluye, lógicamente, que hubiese de todo en ella, y que también cometiese atrocidades, como el gobierno). c) En las elecciones de 1990 (Reagan hacía más de 1 año que había dejado la presidencia de EEUU) ganó Violeta Chamorro, viuda de un asesinado por Somoza en 1978 (¿sería considerado reaccionario en España un asesinado por Franco, aunque no fuese izquierdista?). Y Edén Pastora apoyó al candidato centrista social-cristiano. Es decir, se reflejó una pluralidad correspondiente con la realidad del país, que por alguna razón la izquierda europea se empeña en no reconocer, sobre todo en los países pobres, como si en éstos las cosas tuvieran que ser más simples. Y se anunció el fin del embargo antes de saberse el resultado de las elecciones. d) Con Reagan fueron cayendo todas las dictaduras derechistas del continente (la 1ª a cañonazos, con el pleno apoyo a la acción británica en la Guerra de las Malvinas, mientras el canciller argentino Méndez era fervorosamente aplaudido por los no alineados, reunidos… en La Habana, a principios de Junio del 82). Como es condición imprescindible para considerarse democracia que el Partido Comunista esté legalizado, propongo el siguiente ejercicio didáctico: Cójanse 2 mapas políticos de Latinoamérica y el Caribe, póngase de color rojo los países con partido comunista legal en 1981, en un mapa, y en otro hágase lo mismo pero referido a 1989 (cuando Reagan deja la presidencia). A ver que sale. Y las dictaduras comunistas europeas (y la cubana por supuesto) todavía se mantenían en aparente imperturbabilidad. Hace tiempo que nos hemos salido del tema, así que me callo. Un saludo a todos.
Gabriel, respecto a tu apartado b), cualquier análisis objetivo te diría que el proteccionismo de los estados «desarrollados» a sus productos locales no es ninguna política izquierdista, es simplemente evitar que se le echen encima los productores locales y protegerlos aún a costa de perjudicar economías de países enteros y empobrecer aún más a 1000 veces más personas que las que protegen con esta medida. Podremos discutir y estar en de acuerdo o en desacuerdo en cómo hay que hacerlo, pero lo que está claro es que esta medida no tiene nada que ver con la izquierda o a la derecha, como ejemplo tienes a Bush que aplica esto en grado superlativo con los agricultores norteamericanos, ¿acaso es sospechoso de ser de izquierdas?.
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