Los «diamantes ensangrentados» son diamantes de zonas en conflicto cuyo comercio ilegal exacerba los abusos contra los derechos humanos. Gracias a ellos, en los últimos tiempos se han financiado en África conflictos que han provocado la muerte y el desplazamiento de millones de personas. Durante estos conflictos, los beneficios del comercio ilegal de diamantes, que ascendían a miles de millones de dólares, sirvieron a los caudillos militares y a los grupos rebeldes para comprar armas. Se calcula que en Angola, la República Democrática del Congo, Liberia y Sierra Leona han muerto 3,7 millones de personas en conflictos mantenidos, en parte, gracias a los diamantes. Es tarea de los gobiernos y la industria de los diamantes garantizar que no llegan a los consumidores diamantes procedentes de zonas en conflicto.
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