Vamos a hacer un ejercicio de imaginación, aunque sea de mucha. Imagínate que las fuerzas del orden de nuestro país están buscando a un grupo de personas que consideran criminales, y estas personas se esconden en un centro comercial donde tú y/o tu familia estáis comprando. Cuando las fuerzas del orden reciben la información de que esos delincuentes se encuentran en el centro comercial deciden bombardearlo para acabar con ellos, y ¿qué pasa contigo y con los demás que estabais en ese momento en el centro comercial? pues que también sois bombardeados y posiblemente masacrados, lo que en términos técnicos se llama «daños colaterales».
Si esto pasara en nuestro país seguro que los medios de comunicación lo sacarían en primera plana echándose las manos a la cabeza por la barbaridad cometida por las fuerzas del orden, y de nada valdrían los pésames de los responsables políticos a las víctimas y sus familias. Además, desde el gobierno de turno ya se encargarían de buscar a los responsables de esta actuación y de ponerlos en manos de la Justicia, y seguramente se repasarían los protocolos de actuación para que algo así no volviera producirse.
Seguro que piensas que, afortunadamente, esto es un ejercicio de imaginación y es muy improbable, por no decir imposible, que en España las fuerzas del orden ordenen un bombardeo a ningún sitio, y encima con población civil que nada tiene que ver con los criminales buscados por la policía.
Pero resulta que estas cosas pasan, aunque no en España ni en Europa, pero pasan…
El pasado 5 de mayo, fuerzas terrestres afganas llegaron a un lugar donde se habían reunido combatientes talibanes y se desencadenó una batalla. Los aldeanos de la zona escaparon hacia sus hogares en el pueblo de Gerani a cinco kilómetros del lugar del combate. Las fuerzas afganas con sus mentores de los marines de EEUU reclamaron apoyo aéreo directo y la fuerza aérea estadounidense procedió a bombardear los pueblos de la zona. El resultado fue más de un centenar de muertos civiles asesinados e innumerables heridos causados entre las 17,00 y las 19,00 horas del 5 de mayo de 2009 en los pueblos de Granai (Gerani) y Gangabad (Ganj Abad) en el distrito de Bala Baluk, provincia de Farah, cuando los aviones de combate estadounidenses convocados por las Fuerzas de Operaciones Especiales de los Marines de Estados Unidos (Compañía India, Segundo Batallón de Operaciones Especiales de los Marines de EEUU) empotradas con tropas afganas, arrasaron setenta hogares. En este enlace tienes más información, fotografías, vídeos y las fuentes de donde se ha obtenido esta información.
Hillary Clinton y Obama han manifestado su «profundo, profundo pesar», pero se ve que matar civiles no es crimen de guerra en todos los sitios, y Afganistán parece ser uno de esos sitios, ni son muertes que tengan interés para los medios de comunicación si los responsables de las mismas no son talibanes, yihadistas, etc…
Nosotros no tenemos palabras para calificar estos hechos y el poco interés de las autoridades y medios de comunicación para investigar lo sucedido y procurar que estas tragedias no vuelvan a producierse.
En homenaje a esas vícitimas, anónimas, ocultadas e inexistentes para muchos, dejamos la canción Papá cuéntame otra vez de Ismael Serrano, que manipulando un poco sus propias palabras:
Esta canción va para tí, para los que estais aquí, para los ausentes, por tantos años, por acercarme la certeza de que otro mundo es posible, porque vosotros sabeís como yo que los que antes de ayer morían en Vietnam, ayer lo hacían en Bosnia, y hoy lo hacen en Bagdad y en Bala Baluk.