Lo menos que se puede hacer por los familiares de los que fueron asesinados durante el franquismo es reconocer los hechos, no dejar que sus nombres se pudran en el olvido y permitir que se entierren con dignidad una vez que sus restos han sido localizados. Pero parece que ni siquiera los jueces están por la labor, achacan la responsabilidad al gobierno y entre unos y otros «la casa sin barrer». ¿Hasta cuando habrá que esperar para hacer justicia? ¿hasta que ya no existan los familiares que sufrieron los asesinatos de seres queridos? ¿tan difícil es permitir cerrar el duelo a todas estas personas?.
Hoy se publica una carta al director en el diario El País, donde su autor, Matías Ignacio Cordero, propone que, ya que los jueces españoles se pasan la pelota los unos a los otros en el caso de García Lorca, que sea un juez chileno, como el que ha dado la orden de exhumar los restos de Víctor Jara, el que ordene la exhumación del cadáver del poeta granadino.
Yo añado que, ya que la mayoría de los juzgados ignora las demandas de apertura de fosas de la Guerra Civil, solicitemos a jueces de otros países, en nombre del principio de jurisdicción universal, la exhumación de estos restos.
No obstante, pienso que gran parte de la responsabilidad recae sobre el gobierno socialista, que debía haber adoptado una actitud más diligente para acabar con esta injusticia, pues, como se está viendo por la negativa de la mayor parte de los jueces a acudir a las fosas, no es suficiente con la Ley de la Memoria histórica.
Esta es la carta:
«VÍCTOR JARA Y GARCÍA LORCA
En Chile se acaban de exhumar los restos de Víctor Jara como parte de la investigación que busca juzgar, si bien tardíamente, a los torturadores y asesinos del músico. En España las autoridades competentes -habría que decir incompetentes- han dado un lamentable espectáculo al pasarse unas a otras la patata caliente de García Lorca sin querer hacerse cargo de una muerte igual de vil que la del chileno.
Esto da que pensar. Ambos fueron genios, ambos murieron a manos de un fascismo sin talento más que para la muerte, y respecto de ambos reclama la historia que se haga justicia. La diferencia es que en Chile este reclamo parece que está siendo atendido.
¿Qué hacer para responder al reclamo relativo al poeta granadino? Pues bien, así como fue un juez español quien dio el puntapié inicial para el juicio al que fue sometido Pinochet en Chile, y vistas, en primer lugar, la patata caliente de García Lorca y del franquismo en su conjunto que los jueces españoles son incapaces de asir, y, en segundo, la vanagloria con que esos mismos jueces ondean el principio de jurisdicción universal, propongo a cualquier juez chileno de buena voluntad que abra una causa contra todos los que resulten responsables por las matanzas del franquismo, incluida la de Lorca.
El comienzo en Chile no será sencillo pero si el caso logra cruzar los Andes, ya verá lo contentos que nos pondremos todos.
Matías Ignacio Cordero Arce – Vitoria-Gasteiz – El País, 07/06/2009»