Diario de un viaje al horror

El novelista y dramaturgo Henning Mankell era uno de los viajeros de la flotilla que intentó romper el bloqueo de Gaza y fue interceptada a tiros en aguas internacionales, el 31 de mayo, por la Marina israelí. Ha escrito un diario de ese viaje en el que narra cómo una expedición organizada sin voluntad de enfrentamiento derivó en un baño de sangre y en múltiples humillaciones:

A las cinco de la mañana me encuentro en la calle, esperando al taxi que me ha de llevar al aeropuerto de Niza. Por primera vez en muchos meses, E. y yo gozamos de tiempo libre que compartir. En un principio habíamos pensado que se prolongaría dos semanas, pero finalmente no serán más que cinco días, ya que la operación Ship to Gaza está por fin preparada, al parecer, y debo sumarme a los demás en Chipre.

El objetivo de todo viaje puede interpretarse ya en su punto de partida, me digo mientras espero al taxi. Tal y como acordamos, reduje mi equipaje a una mochila de no más de diez kilos. La operación Ship to Gaza tiene un objetivo claro y bien definido: romper el bloqueo al que Israel tiene sometida la franja de Gaza. Desde la guerra de hace poco más de un año, la vida de los palestinos que habitan la zona se ha convertido en un infierno cada vez más insoportable. Son muchas y grandes las necesidades que habría que cubrir para que la vida allí resultara medianamente decente.

Pero el objetivo del viaje es, naturalmente, mucho más concreto. Las palabras se demuestran con la acción, pienso. Resulta fácil decir que se apoya, se defiende o se combate esto o aquello. Sin embargo, es en la acción donde se materializan como un hecho probado ese tipo de declaraciones. Es preciso que los palestinos a quienes los israelíes obligan a vivir en aquel infierno sepan que no están solos, que no los hemos olvidado. Hay que recordarle al mundo que existen. Y además, también podemos cargar varias embarcaciones con lo que más necesitan: medicinas, plantas desalinizadoras para que puedan obtener agua potable, cemento…

Por fin llega el taxi, acordamos el precio -¡qué caro!- y, por las calles vacías del amanecer, salimos rumbo al aeropuerto. La primera anotación del viaje -ahora caigo en la cuenta- la hago allí mismo, en el taxi. No recuerdo las palabras con exactitud, pero de repente me desconcierta la sensación de que no he tomado conciencia plena de que se trata de un proyecto que los israelíes odian hasta tal extremo que seguramente recurrirán a la violencia para obstaculizar el avance de la flotilla.

Aunque antes de llegar al aeropuerto ya se me ha olvidado. Se trata de una empresa totalmente definida también en lo que se refiere a ese punto: nosotros actuaremos sin violencia, no vamos armados, no existe la menor voluntad de enfrentamiento físico. Si llegan a detenernos, todo se desarrollará de modo que la vida de los participantes no corra peligro.

» NICOSIA. Miércoles 26 de mayo.

Hace más calor que en Niza. Aquellos que han de subir a bordo en la costa chipriota se reúnen en el Centrum Hotel de Nicosia. Es como en una novela de Graham Greene. Gente dispar que se reúne en un lugar olvidado de Dios para emprender un viaje común. Vamos a quebrantar un bloqueo ilegal. Son palabras que se repiten una y otra vez en varios idiomas. Pero de pronto nos invade la incertidumbre. Los barcos se retrasan, han surgido varios problemas, aún no tenemos las coordenadas definitivas de dónde se producirá el encuentro de las seis embarcaciones. Lo único que está claro es que será en alta mar. Chipre no quiere que nuestras naves atraquen en sus muelles. Seguramente, a consecuencia de la fuerte presión de Israel. De vez en cuando advierto la tensión que domina las relaciones entre los diversos grupos al frente de este proyecto tan complicado. El comedor donde desayunamos se ha convertido en una sala de reuniones secretas. Nos van pidiendo que entremos para firmar diversos documentos y para que dejemos constancia de quiénes son nuestros familiares más cercanos, en caso de que suceda lo peor. Todos firman sin pensárselo. Luego nos dicen que esperemos. Que estemos alerta. Son las palabras más usadas esos días: «esperar, estar alerta».

» NICOSIA. Jueves 27 de mayo.

Esperar. Estar alerta. Calor asfixiante.

» NICOSIA. Viernes 28 de mayo.

Empiezo a preguntarme si no tendré que abandonar la isla sin haber subido a bordo. Al parecer, no hay plazas suficientes. Al parecer, hay listas de espera para participar en este proyecto solidario. Pero K., el amable parlamentario sueco, y la doctora sueca S., que son mis compañeros de viaje, me ayudan a mantener el ánimo. Los viajes en barco siempre llevan aparejados muchos contratiempos, me digo. Así que continuamos con nuestra tarea. Esperar. Estar alerta.

» NICOSIA. Sábado 29 de mayo.

De repente, todo se precipita. Ahora, a lo largo del día, aunque sólo quizá, por supuesto, zarparemos en un buque rápido que nos llevará hasta ese punto en alta mar donde hemos de reunirnos con la flotilla de otros cinco barcos que surcarán las aguas rumbo a la franja de Gaza. Seguimos esperando. Pero, hacia las 17.00, las autoridades portuarias nos dan por fin permiso para subir a bordo del buque llamado Challenge, que, a 15 nudos de velocidad, nos trasladará al lugar donde subiremos al carguero Sofia, ya a la espera en el punto de encuentro. A bordo del Challenge hay muchas personas que esperan y están alerta. Creo que se quedan un tanto decepcionadas al ver que sólo llegamos nosotros tres. Esperaban a varios irlandeses que, no obstante, abandonaron antes de embarcar y volvieron a casa. Subimos a bordo, saludamos a todo el mundo y aprendemos enseguida cuáles son las reglas. El espacio es mínimo y hay zapatos en bolsas de plástico por todas partes, pero reinan la tranquilidad y el buen entendimiento. Ahora, de repente, parecen haberse despejado todas las incógnitas. A las 17.00, los dos potentes motores diésel empiezan a zumbar. Por fin estamos en marcha.

» EN EL MAR. 23.00 horas.

Estoy sentado en una cubierta de popa. El viento no sopla con fuerza, pero sí lo suficiente como para que ya se hayan mareado muchos de los activistas. Envuelto en varias mantas, contemplo la luna que ilumina un sendero sobre el mar, resisto la embestida de las olas y pienso que las acciones solidarias pueden adoptar cualquier forma. El zumbido de los motores dificulta la conversación. La mayoría intenta dormir o, al menos, descansar. Y me digo que, en esos momentos, se puede decir que está resultando un viaje apacible. Pero sólo en apariencia.

» EN EL MAR, AL SURESTE DE CHIPRE.

Domingo 30 de mayo. 1.00 horas.

Brillan destellos de luz desde varios puntos. El capitán, cuyo nombre no consigo aprender, ha aminorado la marcha. A lo lejos titilan las luces de las linternas de dos de los buques de la flotilla. Ahora permaneceremos anclados hasta que amanezca y la gente pueda trasladarse a las otras embarcaciones. Pero yo sigo sin encontrar un lugar donde acostarme, así que me quedo dormitando en la silla empapada. La solidaridad ve la luz en la humedad y la espera, pero así hacemos que otros tengan un techo bajo el que cobijarse.

» EN EL MAR. 8.00 horas.

El mar se ha calmado. Nos dirigimos hacia la nave de mayor envergadura

[Mavi Marmara]. Es un buque de pasajeros, «la nave reina» de la flotilla. Lleva a bordo a cientos de personas. Han estado discutiendo la posibilidad bastante probable de que los israelíes centren su intervención justo en esa nave.

¿Qué intervención? Obviamente, es algo a lo que hemos estado dando vueltas desde los inicios del proyecto. Nada podemos saber con certeza. ¿Hundirá la Marina israelí las embarcaciones o intentará obligarlas a retirarse con otro tipo de violencia? ¿Existirá la posibilidad de que Israel opte por la solución razonable de dejar pasar las naves y palíe así parcialmente la vergonzosa fama que se ha ganado en todo el mundo? Nadie lo sabe. A nuestro juicio, lo más probable es que, una vez en la frontera de sus aguas territoriales, nos exijan que nos retiremos amenazándonos desde los altavoces de los buques de guerra. Si no nos detenemos, nos destrozarán las hélices o la quilla y nos remolcarán hasta un lugar donde podamos repararlas.

» EN EL MAR. 13.00 horas.

Los tres subimos por una escala a bordo del Sofia. Es un viejo buque renqueante, muy oxidado y con una tripulación afable. Calculo que somos unos veinticinco en total. La carga se compone, entre otras cosas, de cemento, armazones de hierro y casas de madera prefabricadas. Me asignan un camarote que comparto con el parlamentario al que, tras los largos días de espera en Nicosia, empiezo a considerar como a un viejo amigo. Descubrimos que no hay luz eléctrica. Ya leeremos en otro momento.

» EN EL MAR. 16.00 horas.

Reunida la flotilla. Las proas de las naves ponen rumbo a Gaza.

» EN EL MAR. 18.00 horas.

Nos reunimos en un comedor improvisado entre las bodegas y la cubierta superior de la embarcación. El griego canoso que se encarga de la seguridad y la organización a bordo, a excepción de las tareas de navegación, nos habla en voz baja y nos inspira enseguida una gran confianza. «Esperar» y «estar alerta» son palabras que han dejado de existir. Nos estamos acercando. La cuestión es a qué. Nadie sabe qué se les ocurrirá a los israelíes. Sólo sabemos que han hecho declaraciones hostiles y que han asegurado que ahuyentarán a la flotilla con todos los medios a su alcance. Pero ¿qué significa eso? ¿Usarán torpedos? ¿Maromas? ¿Enviarán a bordo soldados desde sus helicópteros? Imposible adivinarlo. Pero a su violencia responderemos con la nuestra. Sólo en defensa propia. En cambio, sí que podemos dificultarles el ataque. Tenderemos un alambre de púas alrededor de toda la falca del barco. Además, todos deben entrenarse en el uso de los chalecos salvavidas, pondremos vigilantes y decidiremos dónde reunirnos si los soldados abordan el barco. El último bastión es el puente de mando.

Una vez que todo está acordado, empezamos a comer. Al cocinero egipcio, un hombre corpulento y robusto, le duele una pierna, pero cocina muy bien.

» EN EL MAR. Lunes 31 de mayo. 0.00 horas.

Me corresponde participar en el turno de guardia entre la medianoche y las tres de la madrugada. Aún brilla la luna llena, aunque a veces queda oculta tras alguna que otra nube. El mar está en calma. Destellos de linternas. Las tres horas pasan rápido, pero cuando me relevan compruebo que estoy cansado. Aún estamos lejos de lo que puede llamarse la frontera de las aguas territoriales que los israelíes se consideran con derecho a defender como suyas. Supongo que tendré ocasión de dormir unas horas.

Me tomo un té, converso un rato con un marinero griego cuyo inglés es pésimo, pero el hombre insiste en que le cuente de qué tratan mis novelas. Son cerca de las cuatro cuando por fin puedo retirarme a dormir.

» EN EL MAR. 4.30 horas.

Acabo de conciliar el sueño, cuando me despiertan. Ya en cubierta, compruebo que el gran buque de pasajeros está iluminado por potentes focos. De repente, se oyen unos disparos. Y comprendo que Israel se ha decantado por la vía del enfrentamiento brutal. En aguas internacionales.

Transcurrida una hora exactamente, los botes de goma se acercan veloces llenos de soldados enmascarados que inician el abordaje de inmediato. Nos reunimos en el puente de mando. Los soldados se muestran impacientes y quieren que bajemos a cubierta. Alguien se demora y lo atacan con una descarga eléctrica en el brazo. El hombre cae al suelo. Otro hombre que tampoco se movía con celeridad suficiente recibe el impacto de una bala de goma. Y todo esto sucede allí mismo, a mi lado. Es absolutamente real. Personas totalmente inocentes tratadas como animales y castigadas por su lentitud.

Nos agrupan en cubierta. Y allí permaneceremos durante once horas, hasta que el barco atraca en Israel. Los soldados nos filman de vez en cuando, aunque no tienen ningún derecho a ello. Al verme tomando unas notas, uno de los soldados se me acerca enseguida y me pregunta qué escribo. Es la única ocasión en que pierdo los estribos. Le contesto que no es de su incumbencia. Sólo le veo los ojos y no sé lo que está pensando, pero al final da media vuelta y se marcha.

Once horas inmovilizados, amontonados en medio de aquel calor, puede ser un método de tortura. Para ir a orinar, hay que pedir permiso. Galletas, biscotes y manzanas es cuanto nos dan para comer. Tomamos una decisión conjunta: no pedir que nos permitan cocinar. Nos filmarían y lo presentarían como un acto de generosidad por parte de los soldados. Así que nos conformamos con las galletas y los biscotes. Es una humillación sin igual. (Entre tanto, los soldados han sacado los colchones de los camarotes y ahora duermen al fondo de la cubierta de popa).

Durante esas once horas tengo tiempo de concretar lo sucedido. Nos han atacado mientras nos hallábamos en aguas internacionales, lo que implica que los israelíes han actuado como piratas, no mucho mejor que los que operan en las costas de Somalia. Por otro lado, en el momento en que obligaron a nuestra nave a poner rumbo a Israel, nos estaban secuestrando. Su intervención es completamente ilegal.

Entre tanto, nosotros intentamos hablar, dilucidar qué sucederá, y nos preguntamos cómo es posible que los israelíes hayan optado por una solución que los aboca a un callejón sin salida. Los soldados nos observan. Algunos fingen que no saben inglés, pero todos lo hablan y lo entienden. Dos de ellos son muchachas. Parecen preocupadas. Quizá después, cuando hayan terminado el servicio militar, decidan huir a Goa a destrozarse la vida drogándose. Sucede constantemente.

» 18.00 horas.

Un muelle en algún lugar de Israel. No sé dónde. Nos obligan a bajar a tierra y a iniciar una suerte de carrera entre dos filas de soldados, mientras que la televisión militar filma todo el suceso. De pronto se me ocurre que eso, precisamente eso, es algo que nunca les perdonaré. En ese instante sólo pienso en bestias y cerdos.

Nos dispersan, no nos permiten que hablemos unos con otros. De pronto aparece a mi lado un hombre del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel. Comprendo que ha venido para impedir que me dispensen un trato demasiado brusco. Después de todo, soy un escritor bastante conocido en Israel. Mis obras están traducidas al hebreo. El hombre me pregunta si necesito algo. «La libertad, la mía y la de los demás», respondo. El hombre no me contesta y le pido que se marche, pero él da un paso atrás y se queda allí, cerca de mí.

Como es obvio, no hago ninguna confesión. Me comunican que seré deportado. El hombre que me lo anuncia me dice enseguida que le gustan mis novelas. En ese momento pienso en la posibilidad de procurar que ninguno de mis libros vuelva a traducirse al hebreo. Es una idea que no he terminado de madurar.

El ambiente que reina en aquella «sala de recepción de refugiados» es invariablemente caótico y crispado. A cada minuto golpean a uno, amarran a otro, esposan a un tercero. Me repito que, cuando lo cuente, nadie me creerá, pero hay muchos ojos que lo registran todo. Y muchos serán los que deban admitir que es verdad cuanto digo. Los testigos oculares somos multitud.

Un único ejemplo debería bastar. Justo a mi lado, un hombre se niega a dejar sus huellas dactilares. Acepta que lo fotografíen, pero ¿las huellas? No ha cometido ningún delito. Opone resistencia. Y lo golpean hasta que cae al suelo. Luego se lo llevan de allí. Quién sabe adónde. ¿Cómo calificar semejante acción? ¿Repugnante? ¿Inhumana? Elijan libremente.

» 23.00 horas.

Al parlamentario, a la doctora y a mí nos conducen a una prisión provisional. Allí nos separan. Nos arrojan unos bocadillos resecos como un trapo. La noche se hace larga. Uso de almohada las zapatillas de deporte.

» Martes 1 de junio. Por la tarde.

Al parlamentario y a mí nos conducen de improviso a un avión de Lufthansa. Van a deportarnos. Nos negamos a subir sin saber qué será de S. Salimos del calabozo en cuanto nos aseguran que ella también vendrá con nosotros.

Ya a bordo del avión, una de las azafatas me trae un par de calcetines: uno de los soldados que atacaron el barco donde me encontraba me los había robado.

Así muere parte del mito del soldado israelí, valeroso e infalible. Ahora, además, puede añadirse que son simples ladrones. No fui yo el único al que le robaron el dinero, las tarjetas de crédito, la ropa, el reproductor de música, el ordenador… Otro tanto les sucedió a muchos de los que iban a bordo del mismo barco que, un día, a hora muy temprana, sufrió el ataque de soldados israelíes enmascarados o, lo que es lo mismo, de unos piratas disfrazados.

Bien entrada la noche, ya estamos de regreso en Suecia. Hablo con los periodistas. Más tarde me siento un rato en la oscuridad, en el jardín de la casa donde vivo. E. se muestra taciturna.

Al día siguiente, el 2 de junio, oigo el canto del mirlo. Un canto por los que han muerto.

Ahora queda todo lo que debemos hacer para no despistarnos del objetivo: conseguir que se levante el brutal bloqueo de Gaza. Lo conseguiremos.

Detrás de ese objetivo aguardan otros. La desarticulación de un sistema de apartheid lleva tiempo. Aunque no una eternidad.

Visto en El País del domingo 6 de junio.

Asesinato, Piratería y Chulería de Estado

Imagino que estaréis enterados a través de las noticias que ayer el ejército israelí asaltó una flotilla de barcos, llamada «Flotilla de la Libertad», que transportaba ayuda humanitaria para desembarcarla en Gaza que sufre una grave crisis humanitaria debido al bloqueo inmoral, ilegítmo e ilegal que ejerce Israel sobre los habitantes de ese territorio. En este asalto (en aguas internacionales) fueron asesinadas por parte del ejército israelí al menos 16 activistas, y el gobierno israelí de manera esperpéntica justifica estas muertes alegando que se trataba de legítima defensa y que esta misión no era humanitaria, intentaban impedir el empleo de armas en Gaza, aunque las armas encontradas en el barco han sido tirachinas, canicas, sillas y barras de metal.

La flotilla «Free Gaza» estaba formada por nueve barcos y 750 activistas de 50 nacionalidades, entre los que se encuentran un premio Nóbel, políticos y una superviviente del holocausto nazi. Su misión consistía en transportar a Gaza 10.000 toneladas de ayuda humanitaria compuesta por productos básicos que Israel no deja entrar tales como harina, aceite de cocinar, sal, azúcar, pasta, ajo, arroz, lentejas, alubias, margarina, leche en polvo, papel de baño, pañales para bebé, pasta de dientes, pimienta, sábanas, cerillas, velas y material médico (como máquinas para diálisis).

El pasado 30 de marzo el irlandés Derek Graham, Presidente de la organización Free Gaza, compró en subasta un carguero letón con 2.800 toneladas de capacidad y lo rebautizarían, como emblema de la flotilla con el nombre de Rachel Corrie, en memoria de la activista norteamericana asesinada por un bulldozer israelí en Gaza en 2003. La organización de ayuda humanitaria turca IHH aporta su propio barco, el Mavi Marmara. Además se unen a la flotilla otro barco fletado por Malasia, un carguero argelino y varios barcos griegos de menor capacidad. Una delegación catalana, coordinada por la organización Cultura y Paz también se une a la flotilla.

El gobierno israelí presiona a Chipre y a Egipto para que la flotilla no puedan usar ningún puerto de esos países ni recibir apoyo logístico y avisa de que el intento de ingresar en Gaza “podría derivar en una confrontación violenta con la armada que terminaría en el arresto por la fuerza de todos los pasajeros” en el momento en que los barcos entren en la “zona especial de seguridad que la marina israelí ha declarado prohibida a cualquier tipo de navegación”.

A pesar de las amenazas del ejército israelí los activistas deciden partir hacia Gaza narrando los acontecimientos diariamente a través de este blog, y como ya sabéis en la madrugada del 31 de mayo el ejército israelí ataca la flotilla en aguas internacionales y ocasiona al menos 16 muertes, aducen que han actuado en defensa propia ante el recibimiento armado de los activistas y muestran un vídeo como prueba que contrasta con este otro enviado por los activistas.

Después del ataque ha habido muchas concentraciones de repulsa, condenas unánimes por parte de los medios de comunicación (incluso israelíes) y tímidos reproches por parte de la comunidad internacional, es especialmente decepcionante el comunicado de la ONU que no se atreve a condenar ni proponer sanciones a Israel, ¿qué habría pasado si países como Venezuela, Cuba, Irán hubiesen hecho algo parecido?

Respecto a la situación de los activistas Israel les ha obligado a renunciar por escrito al derecho de apelación (y ser repatriados) o ser encarcelados hasta que sean juzgados, la mayoría están optando por ser encarcelados ya que temen el trato que se le pueda dar a los activistas palestinos y no quieren dejarlos a su suerte. Debido a la censura israelí no podemos conocer la versión de los hechos por parte de los activistas, ni siquiera el número exacto de muertes.

Desde aquí condenamos la actitud chulesca de las autoridades israelíes negando los hechos y las evidencias manteniendo que su ejército mató a 16 personas en legítima defensa, el acto de piratería asaltando una flotilla de barcos en aguas internacionales y el asesinato impune de activistas que sólo transportaban esperanza y ayuda humanitaria al pueblo de Gaza.

Flor del desierto

Flor del desierto es el título de una película que recorre la biografía de Waries Dirie, una activista en la lucha contra la mutilación genital femenina.

Waris Dirie nació en Somalia (Waris significa “Flor del desierto”) en 1965. Cuando tenía cinco años fue mutilada genitalmente, y los trece años fue entregada a un hombre mucho mayor que ella en un matrimonio arreglado, por lo que decidió huir a través del desierto a Mogadiscio (capital de Somalia). En 1981 se traslada a vivir a Londres y a los 18 años de edad fue fotografiada para aparecer en la portada del calendario Pirelli de 1987, a partir de entonces comienza a trabajar como modelo. En 1997 habla por primera vez sobre su mutilación genital, lo cual recibe la atención de los medios de comunicación de todo el mundo, fue  nombrada Embajadora especial de la ONU contra la mutilación genital femenina, desde entonces lucha por erradicar esta barbarie y trabaja por los derechos de las mujeres africanas.

Acción Urgente, activista necesita atención médica

AU: 104/10 Índice: ASA 16/004/2010 Fecha de emisión: 5 de mayo de 2010

ACTIVISTA ENCARCELADO NECESITA ATENCIÓN MÉDICA URGENTE

Ko Mya Aye, activista en favor de la democracia encarcelado en Myanmar, tiene una urgente necesidad de recibir tratamiento médico debido a una cardiopatía. Hasta ahora las autoridades no le han proporcionado el tratamiento que necesita.

Ko Mya Aye está a cientos de kilómetros de su familia, en la cárcel de Taungyi, en el estado de Shan, situado al norte de Myanmar y lejos de los centros donde podría recibir tratamiento médico de urgencia.

Según fuentes fiables, al parecer Ko Mya Aye, preso de conciencia de 44 años, sufrió una angina de pecho, una grave cardiopatía, y su estado ha empeorado en los últimos meses. Además, padece hipertensión (tensión sanguínea alta) y problemas gástricos. Ko Mya Aye no ha recibido tratamiento médico adecuado para estas dolencias.

Antes del 9 de abril de 2010, Ko Mya Aye estaba en la cárcel de Loikaw, en el estado oriental myanmaro de Karenni, muy lejos de cualquier centro médico de urgencia. En lugar de trasladarlo a una cárcel menos remota y cercana a ciudades donde podría recibir tratamiento en algún hospital público y estar más cerca de su familia, las autoridades lo trasladaron a la cárcel de Taungyi. Las malas condiciones de la prisión también agravan su estado de salud: está recluido en una celda con presos condenados a muerte, en la que no hay retrete ni agua corriente y de la que sólo puede salir para hacer sus necesidades. Se sabe que Ko Mya Aye ha sido torturado.

Ko Mya Aye fue detenido el 22 de agosto de 2007 junto con otros miembros del grupo de activistas en favor de la democracia conocido como Grupo de Estudiantes de la Generación de 1988, tras una protesta pacífica contra el incremento del precio del combustible. En las seis semanas siguientes, se produjeron manifestaciones masivas contra el gobierno en todo Myanmar, las más numerosas que ha habido contra el régimen militar desde 1988. Ko Mya Aye, que ya había estado en la cárcel entre 1989 y 1996 por su participación como dirigente estudiantil en las manifestaciones prodemocráticas de 1988, fue condenado a 65 años y seis meses de cárcel en un juicio a puerta cerrada.

ESCRIBAN INMEDIATAMENTE, en inglés o en su propio idioma

  • Instando a las autoridades a que se aseguren de que Ko Mya Aye recibe inmediatamente el tratamiento y la atención médica que necesita para sus problemas de salud;
  • Pidiendo a las autoridades que garanticen que Ko Mya Aye es objeto de un atento control médico de su cardiopatía y que es visto por un médico cardiópata;
  • Instando a las autoridades a que mejoren sus condiciones de reclusión, como el acceso a agua no contaminada y a unas instalaciones higiénicas adecuadas;
  • Pidiendo a las autoridades que pongan en libertad incondicional a Ko Mya Aye tan pronto como haya recibido el tratamiento médico urgente que necesita.

ENVÍEN LOS LLAMAMIENTOS ANTES DEL 16 DE JUNIO DE 2010 A:

Ministro del Interior
Maung Oo
Ministry of Home Affairs
Office No. 10
Naypyitaw, Myanmar
Fax: +95 67 412 439
Tratamiento: Dear Minister / Señor Ministro

Ministro de Información
Brigadier-General Kyaw Hsan
Ministry of Information
Bldg. (7), Naypyitaw, Myanmar
Tratamiento: Dear Minister / Señor Ministro

Ministro de Asuntos Exteriores
Nyan Win
Ministry of Foreign Affairs
Naypyitaw, Myanmar
Tratamiento: Dear Minister / Señor Ministro

Envíen también copia a la representación diplomática de Myanmar acreditada en su país. Consulten con la oficina de su Sección si van a enviar los llamamientos después de la fecha antes indicada.

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA

Para Amnistía Internacional es desde hace tiempo motivo de preocupación el uso arbitrario de leyes y prácticas represivas para criminalizar la disidencia política pacífica en Myanmar. Los derechos fundamentales a la libertad de expresión, asociación y reunión están muy restringidos. En el país hay casi 2.200 presos políticos, casi el doble que antes de las manifestaciones pacíficas en favor de la democracia de agosto y septiembre de 2007. Muchas de las personas que tomaron parte en estas manifestaciones fueron detenidas y condenadas a largas penas de cárcel.

Los presos políticos en Myanmar corren peligro de sufrir torturas y otros malos tratos, y muchos están recluidos en malas condiciones que no se ajustan a las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, de la ONU. El acceso a los medicamentos es muy restringido, y en muchos casos las condiciones de prisión contribuyen a agravar los problemas de salud. Debido a las malas condiciones y la atención médica inadecuada de las cárceles myanmaras, los presos políticos suelen depender de sus familiares para hacerse con medicinas, alimentos y artículos de vestir básicos Y a pesar de ello, muchos presos políticos han sido trasladados a cárceles remotas, donde a sus familiares les resulta mucho más difícil visitarlos. En muchos casos, los familiares deben llevar a cabo largos viajes, a veces de hasta nueve días, para visitar a sus seres queridos en prisión. Al no haber contacto regular entre los presos políticos y sus familiares, y tampoco una observación independiente del bienestar de los presos, éstos son más vulnerables a duras condiciones penitenciarias que equivalen a trato cruel, inhumano o degradante. El Comité Internacional de la Cruz Roja no ha podido visitar las cárceles de Myanmar desde finales de 2005.

Si recibe contestación de una autoridad, envíenos el original o una copia, por favor, lo antes posible (ref.: «Equipo AAUU – Respuesta»). Sólo es necesario que indique en el reverso de la misma el número que tiene la Acción Urgente a la que le han contestado (por ejemplo «AU 25/99» o bien «EXTRA 84/99»). No es necesario que nos envíe copia de su propia carta. Si no desea que le enviemos un acuse de recibo, indíquenoslo también en el dorso con las palabras «No acuse». Gracias por su colaboración.

Acción Urgente en Honduras, activista amenazada de muerte

AU: 83/10 Índice: AMR 37/006/2010 Fecha de emisión: 16 de abril de 2010

UNA ACTIVISTA DE OPOSICIÓN RECIBE AMENAZAS DE MUERTE EN HONDURAS

Una maestra, que ha sido activista de la oposición y ha escrito artículos en los que criticaba el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 por el que se instauró un gobierno de facto en Honduras, ha recibido una serie de amenazas de muerte, y alguien ha manipulado su automóvil. Un colega suyo que también era activista de la oposición fue asesinado el 23 de marzo.

Rosa Margarita Vargas se dirigía en automóvil hacia su casa el 6 de abril, tras terminar su jornada laboral en la escuela secundaria en la que trabaja como maestra. Un taxista le dijo que se detuviera porque había un problema en su auto. Rosa Vargas se fue derecha a un taller, donde el mecánico le dijo que el neumático frontal derecho había sido rajado. La escuela en la que trabaja Rosa Vargas había abierto ese día por primera vez desde finales de marzo, cuando otro de los profesores fue asesinado.

El 11 de abril, los antiguos vecinos de Rosa Vargas le dijeron que dos hombres armados habían acudido a la casa en la que ella había vivido hasta diciembre de 2009, y habían preguntado dónde se encontraba.

Rosa había recibido entre el 9 y el 12 de abril una serie de llamadas telefónicas de un hombre que la amenazó diciéndole que no debía hacer nada para investigar el homicidio de su colega José Manuel Flores Arguijo, y que, si persistía, o si seguía trabajando para el movimiento Resistencia, sería «eliminada».

Rosa Vargas ha contado a Amnistía Internacional que, en diciembre de 2009, poco después de mudarse de casa, un vecino le dijo que tres hombres vestidos con uniformes azules como los de la policía y con el rostro cubierto por pasamontañas se habían presentado en su antigua casa, y habían empezado a gritar y a dar patadas a la puerta. Preguntaron a los vecinos si Rosa Vargas seguía viviendo allí, si los vecinos sabían a dónde se había mudado, y dónde trabajaba. Más tarde, ese mismo mes, según el relato de Rosa, alguien aflojó los tornillos de la rueda izquierda de su auto mientras estaba aparcado ante su nueva casa.

Rosa Vargas había recibido amenazas por escrito en unas cinco ocasiones entre octubre y noviembre de 2009: se las dejaron bajo los limpiaparabrisas de su auto. Los mensajes decían que Rosa no debía escribir más artículos, y que debía dejar de colaborar con el movimiento Resistencia, o sería asesinada.

ESCRIBAN INMEDIATAMENTE, en español o en su propio idioma:

– Instando a las autoridades a ordenar, con la máxima urgencia, una investigación exhaustiva e imparcial sobre las amenazas y los actos de intimidación contra Rosa Margarita Vargas;

– Instándolas a actuar de inmediato para brindar a Rosa Margarita Vargas toda la protección necesaria, de acuerdo con los deseos de la propia afectada.

ENVÍEN LLAMAMIENTOS ANTES DEL 28 DE MAYO DE 2010 A:

Sr. Porfirio Lobo Sosa
Presidente de la República
Casa Presidencial
Boulevard Juan Pablo Segundo
Palacio José Cecilio del Valle
Tegucigalpa, Honduras
Fax: + 504 232 1666
Tratamiento: Sr. Presidente

Sr. Luis Alberto Rubí
Fiscal General de la República
Lomas del Guijarro, Avenida República Dominicana
Edificio Lomas Plaza II
Tegucigalpa, Honduras
Fax: + 504 221 5667
Tratamiento: Sr. Fiscal General

Y copia a:

ONG
Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH)
Barrio La Plazuela, Avenida Cervantes, Casa No. 1301
Apartado Postal 1243
Tegucigalpa, HONDURAS
Fax:+504 220 5280(digan: «tono de fax»)

Envíen también copia a la representación diplomática de Honduras acreditada en su país.

EMBAJADA DE LA REPUBLICA DE HONDURAS
Excm. Sr. D. José Eduardo MARTELL MEJÍA
C/ Rafael Calvo, 15, 6º B 28010 Madrid
Tlf.: 91 702 51 63 / 91 702 51 59 Fax: 91 702 51 58
E-Mail: info@embahonduras.es
www.embahonduras.es

Consulten con la oficina de su Sección si van a enviar los llamamientos después de la fecha antes indicada.

INFORMACIÓN ADICIONAL

José Manuel Flores Arguijo, colega de Rosa Vargas, fue asesinado por tres hombres en el patio de la escuela, delante del personal y los alumnos del centro. Era un destacado miembro del movimiento Resistencia, una alianza de oposición, de amplia base, compuesta por personas y organizaciones y que surgió en respuesta al golpe de Estado del 28 de junio de 2009. Había escrito numerosos artículos en los que criticaba al gobierno de facto instaurado tras el golpe de Estado, y había seguido escribiendo artículos en los que criticaba al gobierno actual, elegido en noviembre de 2009, y en los que destacaba la injusticia social.

Rosa Margarita Vargas ha escrito artículos y ensayos en los que criticaba el golpe de Estado; en algunos de ellos criticaba también a las fuerzas armadas por su papel en el golpe. También ha escrito recientemente sobre el homicidio de José Manuel Flores y sobre los defectos que ha percibido en la investigación sobre su muerte.

El presidente democráticamente elegido de Honduras, José Manuel Zelaya Rosales, fue depuesto por el golpe de Estado del 28 de junio, llevado a cabo por un grupo de políticos respaldado por el ejército y encabezado por el presidente del Congreso, Roberto Micheletti. Tras el golpe de Estado, en el país estalló un descontento generalizado, con frecuentes enfrentamientos del ejército y la policía con los manifestantes. Amnistía Internacional documentó los abusos contra los derechos humanos llevados a cabo por las autoridades de facto, como por ejemplo el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes, las detenciones arbitrarias, las restricciones a la libertad de expresión, y el acoso a los miembros independientes del poder judicial.

Un nuevo gobierno encabezado por Porfirio Lobo ocupó el poder el 27 de enero de 2010.

El proceso contra Garzón, no entiendo nada

Llevo algunas semanas sin escribir en el blog, durante la Semana Santa he estado haciendo el Camino de Santiago en bicicleta y aunque hace una semana que estoy de vuelta me ha costado un poco reintegrarme a las actividades normales, entre ellas escribir en este blog.

Pero hoy ni puedo quedarme callado ante el sin sentido, el despropósito y la vergüenza que siento al observar como se dilapida a un juez por atreverse a investigar los crímenes que sucedieron durante la dictadura franquista en este país, no puedo entender cómo después de haber investigado lo sucedido en las dictaduras argentina, chilena, guatemalteca, … ahora no podemos investigar, y juzgar si cabe, los asesinatos y las violaciones que se produjeron en nuestro país contra los derechos humanos de muchos miles de personas, un delito que nunca prescribe. Pareciera que estuviese viviendo en otro país distinto del que vivía hace apenas un año.

Hoy ha habido un acto en apoyo al juez Garzón convocado por los sindicatos, y aunque no he estado suscribo desde aquí de pe a pa sus objetivos, y para no aburriros os dejo unas cuantas viñetas de mis humoristas preferidos que son más capaces que yo de expresar lo que se siente ante este sin sentido.

1 de marzo, tod@s sumamos

Debido a los últimos brotes xenófobos que están ocurriendo en Europa, incluído España, se ha constituído el colectivo 1 de marzo y convocado el día sin inmigrantes, como forma de protesta por el menosprecio (y el racismo) que está sufriendo este colectivo, decidiendo no participar en la vida de la ciudad para que en esa ausencia, marquen su presencia.

Desde este blog, como no podría ser de otra forma, apoyamos esta causa y nos sumamos a sus reivindicaciones:

Nosotr@s, mujeres y hombres, de todas las creencias, de todas las ideas políticas y de todo color, inmigrantes, hij@s de inmigrantes, ciudadan@s conscientes del aporte esencial de la inmigración en nuestro país, estamos cansad@s de las declaraciones indignas de determinadas personas buscando criminalizar a l@s inmigrantes y sus descendientes.

Podría llamarme María. O Mustapha. O James. Podría ser niñ@, joven o quizá las canas hayan hecho tiempo atrás su presencia. Haber nacido en Córdoba, en Dakar o en Paris. Crecido rodead@ de rascacielos, en el calor del desierto o en un pueblo entre montañas. En la adolescencia me acomplejaron los granos en la cara, igual que a ti. Los nervios me comían cuando descubrí quien me gustaba, ¿lo recuerdas? Y también elegí un oficio, un corte de pelo y el color de mi creencia.

Un día yo, o mi madre, o mi abuelo, decidió salir de su país. ¿Motivos? : Una guerra. Un mejor empleo. Un amor. Qué sé yo. Cada uno sueña su sueño y vive su vida.

Y acá llegué: otro cielo, otro hogar y otras esperanzas. Una etapa para estrenar. Y aquí sigo. He decidido compartir este lugar contigo, con vosotr@s. Trabajar codo a codo con tus vecinos para levantar casas, pensiones y utopías. Criar aquí a mis hijos, sonreír cuando jueguen con los tuyos, ayudarte a cuidar a tus padres cuando no puedan valerse solos. Contribuir con mi esfuerzo, mis impuestos y mis ideas a que todos y todas podamos vivir mejor.

Pero las leyes y las instituciones no nos tratan de la misma forma.

Hay una Ley especial para nosotros, una Ley de Extranjería que nos discrimina. Por la simple razón de que el color de mi pasaporte no es granate. Puedo ir a prisión y ser expulsad@ del país si un policía me detiene y no tengo los papeles que me pide… ¿no tener es un delito?

Abro el periódico mientras tomo un café y descubro que en Vic, Torrejón y otros lugares, pretenden vetar el derecho a empadronarse. Escucho en el autobús “negr@, guiri, mor@, charneg@”. Me llaman “inmigrante”, pero es que ya sé que lo soy. Y no conozco a casi nadie cuya familia no se haya movido de pueblo, país o continente en las últimas generaciones.

Entonces tod@s somos inmigrantes.

¿Pero por qué a mí qué me lo repites tantas veces?

 No vengo a quitarte ningún trabajo, no vengo a aprovecharme de los servicios y ayudas que tu país ofrece, no vengo a robar tu cartera. No vengo a imponerte mis costumbres, mi religión ni mis ideas. Vengo a compartir, a aprender, a creer y a crear contigo, a trabajar tu tierra que ahora también es la mía. Al igual que la mía es la tuya.

 L@s inmigrantes y descendientes de inmigrantes nos hemos manifestado en muchas ocasiones para defender nuestros derechos, pero estos siguen amenazados.

El 1 de marzo de 2010 nos sumamos a Francia e Italia en una jornada de protestas y acciones pacificas para reivindicar el aporte de cada uno de nosotr@s a la prosperidad general.

Visto en otromundoesposible.

Expulsión de «irregulares»

Leyendo el blog de Montse Pedroche me entero de que el Ministerio del Interior ha publicado una circular para agilizar la expulsión de «inmigrantes irregulares» que ha causado la indignación de muchos sectores, entre ellos de policías, abogados, etc… llegándola a calificar de xenófoba.

Imagino que ya conocéis nuestra postura en estos temas, simplemente queremos ponernos en el lugar de esas personas que llegan aquí arriesgando su vida y en muchos casos la de sus hijos porque el sitio en el que viven es inhabitable debido a las guerras, miserias, hambrunas, etc… que en gran parte de los casos son causadas por el enriquecimiento ilegítimo que Europa, Estados Unidos, etc… ha conseguido a costa de empobrecer a muchos millones de personas.

Le tomo prestado a Montse el material que ha puesto en su entrada y que habla por sí mismo para compartirlo con vosotros:

Declaración Universal de los Derechos Humanos. Artículo 10

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.

Desde hace mucho tiempo se condena a personas que no han hecho nada o que lo que han hecho no se merece una condena, a veces se hace sin juicio y otras veces se crean pantomimas a las que llaman juicios pero que no tienen ningún atributo de justicia ni imparcialidad puesto que la condena ya está fijada antes de que se celebre el acto. Tenemos muchos ejemplos a lo largo de la historia, como la condena a Galileo Galilei, las 13 muchachas conocidas como las 13 rosas que fueron ejecutadas después de la Guerra Civil o más recientemente los tribunales militares para juzgar a los presos de Guantánamo.

Si eres docente y quieres trabajar este derecho en clase te recomendamos:

  • Las sugerencias didácticas de Amnistía Internacional.
  • La película Las 13 rosas basada en hechos reales, al acabar la Guerra Civil, entre las muchas detenciones que se produjeron también fueron detenidas y encarceladas trece chicas, acusadas de colaborar con las Juventudes Socialistas. Como represalia por un atentado cometido cuando ya estaban encarceladas fueron fusiladas cinco días más tarde, junto con 43 personas más. Para aprovechar el trabajo con películas en clase te sugerimos esta guía.

Día Escolar de la No Violencia y la Paz

Hoy se ha celebrado el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, cuyo objetivo es la educación en y para la tolerancia, la solidaridad, la concordia, el respeto a los Derechos Humanos, la No Violencia y la Paz.

Pensando qué podía escribir aquí este día me he encontrado con este fotomontaje de mi amiga María Barceló que se lo tomo prestado, además espero que sirva como homenaje para las maestras, maestros, niñas y niños que hoy han trabajado desde sus escuelas por y para este derecho.

No hay camino para la paz, la paz es el camino.

Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.

La violencia es el miedo a los ideales de los demás.

La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia.

Para una persona no violenta, todo el mundo es su familia.

Ghandi